Pablo Gato
No conozco personalmente a Carlos Alsina. Es un periodista de la radio en España. Tampoco estoy al día de las lealtades o simpatías políticas de los medios en España. Ignoro cuáles son las de su empresa. Hace mucho tiempo que vivo en EEUU. Lo que sí sé es que he visto a Alsina hacer entrevistas con el presidente de España, Pedro Sánchez, (socialista) y con el ex presidente español José María Aznar (conservador).
En ambas he visto a un periodista que se ha preparado muy bien las entrevistas, muy bien informado y que ha hecho las preguntas que tenía que hacer a ambos.
Llegue a los EEUU a finales de los 80.
La democracia aún era joven en España y era realmente difícil ver a periodistas que cuestionaran seriamente a las autoridades de forma independiente. Había incluso temas tabú.
Cuando llegué aquí quedé maravillado de ver como los periodistas que cubren la Casa Blanca hacían preguntas realmente agresivas al presidente, la persona entonces más poderosa del mundo.
Ahora es al revés. EEUU se ha vuelto esa España de los 80 y España se ha convertido en ese EEUU de los 80. Me explico.
Trump acaba de dar una entrevista a la cadena NBC. He de admitir que entrevistarlo es una labor muy difícil porque o miente muy a menudo o cambia de tema constantemente y es muy complicado que se centre en algo. Las entrevistas son caóticas.
La reportera de NBC hizo lo que pudo y contrarrestó muchas de las cosas que dijo, pero quedaron muchas lagunas. Los motivos son:
1- El tiempo. Es limitado y;
2- Que muchos periodistas no se quieren quemar con la Casa Blanca. Piensan que si hacen preguntas demasiado agresivas podría ser la última vez que hablan con él o incluso entran a la Casa Blanca. Es decir, se miden mucho. Cualquiera que vea las entrevistas uno a uno con Trump verá de qué hablo. Esta entrevista no fue la excepción.
Trump por ejemplo dijo que en su primer término la economía fue fantástica.
En realidad dejó la peor economía desde el crack del 29.
Declaró que los precios han bajado mucho. Para nada. Han subido notablemente.
Insiste en que la gasolina está a 1,98 dólares el galón en varios estados. No es cierto. El promedio es de más de tres dólares.
Repitió que no descarta invadir Groenlandia. No hubo seguimiento a esa pregunta. ¡Invadir Groenlandia! Parte de un país de la OTAN y de la Unión Europea.
En fin, los ejemplos son muchos y solo hay que ver la entrevista para comprobar las falsedades que dice, como cambia de tema sin responder muchas veces lo que se le preguntó y como, por los motivos que indiqué antes, no se le pone realmente entre la espada y la pared en ciertos temas.
Quizás es imposible hacer una entrevista seria a Trump.
Lo que me parece claro que es para que se haga una entrevista que realmente tenga valor, lo ideal sería que viniera un gran periodista de otro país. Una persona que está muy bien informada y que no tenga que rendir ninguna cuenta a la Casa Blanca porque no trabaja aquí. Independiente. Por supuesto, eso no es fácil, pero tampoco imposible.
Jamás he visto tanta información y tanta desinformación al mismo tiempo.
Por ejemplo Trump afirma que la economía china se está derruyendo por las tarifas. La realidad es que crece mucho más que cualquier economía occidental y solo hay que ir a China para darse cuenta lo atrás que nos está dejando en temas como las infraestructuras.
Trump también dice que si no se llega a un acuerdo nuclear con Irán, podría atacarlo militarmente. El americano en general piensa que EEUU tiene una superioridad militar aplastante contra Irán y desconoce que una guerra semejante no solo hundiría al mundo en una depresión económica sino que Irán puede infligir enorme daño militarmente a los EEUU. Nada de todo eso se escucha en EEUU.
El resultado es que esa desinformación puede llevar a que se apoyen políticas enormemente negativas para el país y el mundo.
Ignoro si cuando Trump miente en una entrevista lo hace sabiéndolo o es que finalmente se ha llegado a creer sus propias falsedades, pero al tener un coro de personas a su alrededor que le dicen sí a todo y periodistas que realmente no cuestionan a fondo lo que hace, quizás él mismo se cree que por ejemplo podría atacar a Irán sin mayores consecuencias.
Algunas serian: Irán podría destruir toda la producción de petróleo de Oriente Medio, usar sus misiles hipersónicos para hundir portaviones de EEUU y atacar masivamente bases americanas en la zona, así como a Israel.
Eso sin contar que tiene una alianza militar con Rusia y que, de ser atacado, sin duda aceleraría su programa para conseguir armas nucleares.
Por todo eso necesitamos periodistas que realmente hagan un servicio público a la democracia y realicen a Trump las preguntas que realmente son importantes y no se dejen intimidar por él.
Reporteros que persistan hasta conseguir una respuesta o exponer una mentira. Eso, tratándolo con respeto y por supuesto dándole la oportunidad para que dé su versión de las cosas. Versiones sí, mentiras no.
La democracia está en juego.
Me encantaría ver a Carlos Alsina entrevistando a Trump.