Día a día existen más evidencias y, los últimos acontecimientos así lo demuestran, que el segundo piso de la Cuarta Transformación de la República no respeta la independencia y autonomía del Poder Judicial Federal, consecuentemente y por ello la Presidenta Constitucional no podrá hablar de una genuina y legítima separación de poderes.
La Primera Magistrada de la Nación con su verbo y actuar pretende obtener una sumisión teórica del Poder Judicial Federal hacia su gobernanza, ello es evidente con la exhortación que cotidianamente efectúa para que se vote por jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sin que exista ningún tipo de engranaje de autoprotección para ese poder que representa a la justicia; para dicha estadista solo el sufragio es lo óptimo para esa disgregación de potestades.
Con ese voto, el cuál solicita la Presidenta Constitucional, los favorecidos sólo esperan se les impongan determinadas directrices para impartir justicia y lamentablemente esos criterios les serán impuestos por aquellos partidos políticos que los postularon.
Por otra parte, con esa exhortación o invitación al sufragio, los postulantes no esperamos que se imparta de manera imparcial esa justicia que México merece; lo indispensable sería describir y regular los mecanismos de protección para hacer efectiva esa independencia judicial, sólo así adquiriría sentido esa llamada a sufragar.
Son muchos los togados que expresan que esa Reforma Judicial que ahora obliga al voto para seleccionar a jueces, magistrados y ministros, es la historia de una ilusión desvanecida, la cual no llevará a sanear nuestros recintos de impartición de justicia de tanta corrupción.
Con el transcurso de los años la postura de la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., siempre ha sido obtener del Poder Ejecutivo Federal una política que conlleve a depurar el medio de procuración e impartición de justicia, lamentablemente esos deseos se han tornado de fervientes y apasionados en negativos y críticamente realistas, muchos son los males que se agrupan en el entorno de impartición de justicia, ahora se suma el triste espectáculo de togados que buscan el voto para llegar al sitial que la mayoría de ellos no merece.
En éste punto es importante referir que la Presienta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, debe de saber que en la justicia siempre existe un peligro en su impartición, el cuál es la corrupción, ese peligro hoy más que nunca se encuentra latente, ya que accederán al cargo de jueces, magistrados y ministros togas que no cuentan ni con los conocimientos, ni con la experiencia para impartir esa justicia imparcial.
En concepto de la abogacía independiente de la Nación, la justicia imparcial sólo se obtendría en el momento en que el Poder Ejecutivo se decida a utilizar el Código Penal Federal para encarcelar a esos jueces, magistrados y corruptos que imparten justicia y que tanto denigran a las instituciones que la conceden.
Es cuánto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal
del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C..