Astrolabio Político
Por: Luis Ramírez Baqueiro
“El mando debe ser un anexo de la ejemplaridad.” – José Ortega y Gasset.
En menos de diez días, la bancada de Morena en la Cámara de Diputados Federal aprobó un paquete de 16 iniciativas clave durante su primer periodo extraordinario de sesiones, consolidando no solo su fuerza legislativa, sino también su capacidad de operación política.
Entre los grupos más activos destaca la bancada veracruzana, coordinada por el diputado federal Zenyazen Escobar García, quien ha sabido capitalizar su experiencia como exsecretario de Educación para posicionarse como uno de los operadores más eficaces del oficialismo.
Lo que ocurrió en San Lázaro no fue una casualidad. Bajo su liderazgo, los legisladores veracruzanos no solo mostraron disciplina partidista, sino también una coordinación que demuestra cómo Veracruz se ha convertido en uno de los bastiones más estratégicos para la Cuarta Transformación.
Desde reformas en materia judicial, hasta la reorganización del aparato de seguridad pública y la simplificación administrativa, el bloque guinda veracruzano no dejó tema sin tocar.
Pero la proyección de Escobar va más allá del recinto legislativo. La inminente designación de su esposa, Liliana López Coronado, como magistrada en materia familiar del Poder Judicial del Estado, confirma que el poder político en Veracruz no solo se ejerce desde los congresos, sino también desde los tribunales.
López Coronado no es una figura improvisada: en las pasadas elecciones, fue la única aspirante judicial que recorrió las ocho grandes regiones de la entidad —desde la Huasteca Alta hasta la Cuenca del Papaloapan— cosechando una votación de más de 95 mil sufragios. Ese despliegue territorial y político no se entiende sin la cercanía y experiencia compartida con Zenyazen Escobar.
La conformación del nuevo Poder Judicial en Veracruz evidencia que Morena ha aprendido a articular poder en todos los frentes. No sólo legisla, también construye estructuras de influencia que van desde los municipios hasta el aparato judicial.
De confirmarse la presidencia de Rosalba Hernández Hernández al frente del Tribunal Superior de Justicia, se cerraría un círculo de control institucional muy bien calculado. No es un secreto que Hernández Hernández mantiene una relación cercana con el senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara, otro de los actores clave del lopezobradorismo veracruzano.
Lo que vemos no es solo la consolidación de un proyecto político, sino el avance de una estrategia de poder que, guste o no, está logrando penetrar con fuerza en todos los niveles de gobierno.
La bancada veracruzana de Morena no sólo aprueba leyes en tiempo récord; está construyendo, desde los cimientos, el nuevo rostro institucional del estado.
Al tiempo.
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