( J. Newman)
Ahora q está ya multianunciada una nueva Reforma en materia Electoral es momento de puntualizar así sea de modo brevísimo lo ocurrido en esta materia desde 1976 en q se reformó la Ley de la materia, la de los Diputados de Partido, por mencionar de aquella un rasgo muy característico para dar paso a lo q con buen tino se llamó toda una Reforma Política cuyos méritos inician desde la forma misma de la Convocatoria q le dio origen.
Lamentablemente, tan sólo 5 años luego de aquella, a partir de la llegada de MMH en 1982, se fue gestando, primero en los hechos y luego formalmente en la letra de la Ley correspondiente, toda una Contrareforma cuyo monumento lo constituyó el pomadosamente llamado Código Federal Electoral promulgado en 1986.
Vayan tan sólo dos eminentes signos de dicho espíritu y letra anti reformista: i) la modificada composición del órgano electoral federal q pasó del principio de “ un partido un voto” a “voto proporcional a su votación por cada partido” y ii) la introducción de la Mayoría Forzada dándole un añadido porcentual de votos NO obtenidos al partido q obtuviese el mayor porcentaje en las urnas en virtud de lo q se llamó El Principio de Gobernabilidad. Esto último resultó ser el origen de la mal habida Mayoría Calificada de Morena y sus aliados en la elección federal de 2024.
Es a partir de esa Contrareforma q se suscitan los malhadados hechos del 1988 y, como lógica consecuencia, todo un desfile de sinnúmera cuantía de muy cuestionables reformas electorales a partir de la 1990 q han traído al país hasta donde hoy se encuentra frente a la actual amenaza de una Reforma Más q, producto de tantísimos equívocos, amenaza hoy con ser no sólo otra Contrareforma Más sino ya La Reforma Antidemocrática !