NO PASA NADA
Por: Jesús Solano Lira
Sin lugar a dudas, en México persiste una gran deuda con los que más tienes, y persisten enormes rezagos en todos los sentidos, y uno de los más graves es la pobreza en la que viven millones de méxicanos.
Aunque hace unas semanas el Banco Mundial aseguró en un informe que once millones de mexicanos han salido de la pobreza en lo que va de las administraciones de Morena, también reveló que el avance para disminuir la pobreza se ha estancado, por lo que recomendó a México políticas sociales más eficientes e inversión en infraestructura para luchas contra ese flagelo. Upssss y que pensaron en el gobierno, que ya todo era bien bonito y somos una familia feliz, pues creo que no.
Es más, esa cifra fue motivo de júbilo para la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quién explicó que tras una re-valuación de la metodología del Banco Mundial, reconoció que han salido de la pobreza 11 millones de mexicanos, lo que “es para levantar el ánimo”.
Lástima Margarita porque esas cifras contrastan con las dadas a conocer por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), que tiene, eso sí, otros datos, aquí no aplica el No Pasa Nada, y de paso reprueba al gobierno federal en materia de Movilidad Social.
Está situación, implica que la gente se quede en el mismo escalón, y no progrese ni ascienda o otros sectores con mayores ingresos o mejores posibilidades, es decir, no salen de perico-perro, y es una triste realidad que se arrastra desde hace décadas.
Vaya ni con los programas clientelares, perdón, sociales que se han impulso desde el sexenio pasado y se han reforzado y remasterizado en el actual, los pobres saldrán de su pobreza.
Y ahí le van las cifras del estudio sobre Movilidad Social del CEEY: Siete de cada 10 mexicanos que nacen en la pobreza actualmente siguen siendo pobres, esto se traduce a que El 73% de las personas que nacen en el 20% de los hogares con menos recursos de México, segunda economía de Latinoamérica, permanecen en la pobreza por ingresos.
Agárrese de donde pueda, porque el estudio advierte de que esta condición de origen se mantiene entre generaciones, por lo que el CEEY da el remedio y el trapito, y subraya la urgencia de diseñar una política pública centrada en promover la movilidad social mediante la igualdad de oportunidades.
En pocas palabras, esta situación refleja un estancamiento en la movilidad social, entendida como la capacidad de las personas para superar la situación socioeconómica de sus padres.
El informe subraya que el 48% de la desigualdad económica en México se debe a la desigualdad de oportunidades, ubicando al país entre los diez con mayor disparidad de este tipo entre 50 países a nivel internacional, así que la sugerencia al gobierno morenista es no echar las campanas al vuelo.
El estudio destaca que “la educación sigue sin ser un motor de movilidad social para los mexicanos”, y solamente una de cada 10 personas con padres con la primaria o menos alcanzan estudios profesionales, mientras que los mexicanos cuyos progenitores realizaron estudios profesionales tienen siete veces más posibilidades de lograrlo.
Para cambiar esta grave situación, no solo el CEEY, sino demás instituciones y especialistas, coinciden en que es necesario que las políticas sociales y educativas incorporen un enfoque de movilidad social adaptándose a la condición de género, origen económico, nivel educativo y las zonas del país. Ojalá algún día este gobierno cegado por el poder, haga conciencia y adopte las recomendaciones que hacen los expertos.