Eduardo Sadot
Hoy sabemos y descubrimos aquellos lenguajes que antes ni nos imaginábamos, definir, distinguir, identificar las muchas maneras de expresión estudiadas por diversas disciplinas, sicología, sociología, política, nos demuestran la importancia de las expresiones del lenguaje escrito, corporal, el lenguaje político, los símbolos y hasta los silencios manejados adecuadamente y con pericia.
Pero hablando de política también tiene su lenguaje y dependiendo de cada región o país, tiene diversas interpretaciones.
El lenguaje delincuencial también tiene sus códigos y manera de interpretarse y hasta de enviar mensajes.
Las declaraciones del abogado del hijo del Chapo Guzmán, el joven Ovidio han provocado muchas reacciones.
Dentro del gobierno de México, no tener elementos para interpretar y no tener el control del proceso en la Corte Americana, tiene al gobierno en ascuas.
Las eventuales acusaciones contra personajes de la política, tienen muy alterada a la presidente de México. a alguien en el gabinete se le ha ocurrido como control de daños, convocar a una gran manifestación de “desagravio” la respuesta del cuarto de Guerra de Palacio Nacional ha sido convocar a una concentración con acarreados – con torta y refresco incluidos – en desagravio de México y, en favor de la señora Sheinbaum, a cualquier costo.
Pero, no estaremos confundidos cuando pretenden desaparecer la división de poderes y, resolver de la mejor manera el conflicto entre las acusaciones de Estados Unidos a funcionarios mexicanos y el gobierno que no son lo mismo que acusaciones al país o a la nación. Evidentemente pretendan enviar un mensaje de fuerza y solidaridad convocando y acarreando a los que se presten a hacerlo y confundiendo “funcionarios con soberanía”.
Sorprende cuando muchos mexicanos que son parte del gobierno estudiaron en Estados Unidos y están obligados a conocer el leguaje que mueve a nuestros vecinos del norte. Nos preguntamos, qué creen, quienes le recomiendan a la presidente convocar al zócalo, hacerles creer a los norteamericanos que los mexicanos somos solidarios con el gobierno, cuando nunca se han interesado – en el clímax de su arrogancia – a convocar a la unidad y escuchar a todas las fuerzas y actores políticos, particularmente a la oposición, no se les da crear consensos, construir sumando, por el contrario están convencidos que son más y que lo pueden todo.
Lo más pueril, creerán que con eso convencerán a nuestros vecinos, que todos los mexicanos honrarán su himno en la parte que dice “un soldado en cada hijo te dio” y creerán que viendo tantos – el zócalo lleno y que no llega a ochenta mil les dará miedo – no hay motivo para hacer cosas inútiles.
Convocar a manifestaciones es algo de las miles de cosas que a Trump le valen un sorbete.
Las cosas las están llevando a un callejón sin salida, entre las locuras de Trump y la insensibilidad del gobierno de México.
Hay que dejarse del lenguaje excluyente desde Palacio, hay que asumir la realidad, cada gobernante debe asumir la responsabilidad de su gobierno, aceptar el daño hecho y corregir la reforma judicial, que fue para endulzarle el oido al presidente saliente y a su familia. ¡Ya basta! Hay que comenzar a gobernar para México no para un partido, para México no para un hombre eufórico de poder. Mientras no piensen como mexicanos el país seguirá en picada.
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