Aunque Pese
Por Salvador Martínez G.
El desquiciado Donald Trump mantiene su ruta de desestabilización global con acciones que van desde las imposiciones arancelarias hasta bombardeos directos y sorpresivos como los que desató en contra de plantas nucleares en Irán.
Las confrontaciones con Rusia y China, que van desde ofrecimientos de diálogo y un supuesto reparto mundial tripartita, hasta veladas declaraciones de uso de armas nucleares, son el punto central de la guerra geopolítica desatada por el copetón convicto en menos de siete meses de gestión.
Para América Latina, la llegada de Trump a la Casa Blanca no ha traído nada bueno: imposición de aranceles hasta de 50 por ciento a Brasil; recompensas millonarias por un jefe de Estado (por la captura de Nicolás Maduro da hasta 50 millones de dólares) y, en el caso mexicano, no sólo han sido las amenazas arancelarias cumplidas y las que están por venir, sino también una política de hostigamiento migratorio y deportación violenta y, ahora, amenazas de intervención directa contra cárteles del narcotráfico como el de Sinaloa o el de Jalisco Nueva Generación.
Entre las últimas expresiones de colonialismo puro están los señalamientos de que Maduro mantiene relaciones criminales con el Cártel de Sinaloa y sus apreciaciones de que la Ciudad de México es de las más inseguras del mundo, con lo que deja ver el desprecio que tiene hacia todo lo que exista al sur de su frontera.
Mucho se ha dicho que Trump sólo vocifera, que perro que ladra no muerde, pero está claro que el copetudo convicto sí llega a extremos de violencia como los bombardeos a Irán o el apoyo irrestricto a Benjamín Netanyahu en sus genocidas acciones contra el pueblo palestino.
Considerar a los cárteles mexicanos como grupos terroristas abre la puerta a intervenciones militares en nuestro territorio, a lo que tajantemente se ha opuesto la presidenta Claudia Sheinbaum.
Las acciones contra México han sido constantes y variadas; ahí está el cambio de nombre del Golfo de México para denominarlo Golfo de América, las amenazas de bloquear los puertos de Manzanillo y Mazatlán, o algún otro para frenar el ingreso de precursores de fentanilo, la ampliación del muro fronterizo, la agresiva política arancelaria y hasta la negociación del acuerdo comercial trinacional del T-MEC, al que amaga con desaparecer.
Muchas son las incertidumbres que derivan de todo este triste panorama. La tensión comercial, diplomática y política entre las dos naciones continuará; los espacios son estrechos, pero la unidad nacional y el respaldo a la posición soberanista de la presidenta son indispensables para nuestra defensa.
SUSURROS
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la región tendrá un crecimiento del 2.2 por ciento para este año como resultado de las agresiones arancelarias impuestas por Estados Unidos con sobretasas de 10 hasta 50 por ciento.
Será una década perdida con un crecimiento de 1.5 por ciento entre 2015 y 2025, según las estimaciones de José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal. La región ha caído en una trampa.
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