CAFÉ DE MAÑANA
Por José Luis Enríquez Ambell
Expertos en ingeniería suelen expresar que los socavones —problema que empieza a crecer en términos de apariciones— tienen su origen en causas naturales, pero también son resultado de irregularidades en el desarrollo urbano por cuanto hace a la falta de planeación y control de esas áreas en los Ayuntamientos.
Naturalmente se sabe que los socavones se hacen presentes por la disolución de rocas solubles, como la caliza, el yeso o la sal, bajo la acción de agua ligeramente ácida que se infiltra en el suelo por algún escurrimiento o fuga.
Las lluvias severas de la época y la longevidad en la infraestructura urbana —pavimento, agua, drenaje pluvial y sanitario— de casi todas las ciudades y localidades de Veracruz, y en donde sobresalen unas más que otras, están llevando a la constante aparición de los socavones en calles, avenidas —sin omitir en carreteras— y esas roturas parciales nos llevan al riesgo de la tranquilidad poblacional, pues todos y sin distingo necesitamos de la movilidad para efectos de traslados viales.
En temporada de lluvias el problema relativo a la aparición de socavones aumenta. Y es que la cantidad de agua aumenta y la erosión se incrementa. Y no es fácil detectarlos, pues tardan en formarse, aunque muchas veces se pueden observar indicios al hacerse hoyos en el asfalto urbano o carretero.
Alguna ocasión mi querido ingeniero Don Miguel Hernández Rodríguez, —uno de los pocos expertos en materia de agua, drenaje y saneamiento, y quien ocasionalmente se deja saludar en Xalapa— me comentó que el agua pesa, y en mayor volumen pone a prueba a la infraestructura carretera y vial, pero sobre todo a la falta de planeación del desarrollo urbano.
Y me explicó: “las lluvias son fenómenos y agentes erosivos que llegan incluso a romper la tubería y se va infiltrando”. Y además, según estudios de geólogos, el abatimiento de agua subterránea también provoca el hundimiento del suelo.
Recuerdo que en una tarde lluviosa, con una taza con café que me invitó el ingeniero Miguel Hernández en su oficina, donde ahora está la SIOP, me advirtió: “si la red hidráulica tiene un mantenimiento programado, planeado y se van colocando nuevas tuberías que resistan la deformación y cuenten con mayor elasticidad, menos rígidas, evitará grandes inversiones antes que sea demasiado tarde para esas obras de infraestructura”.
En otra ocasión Don Alejandro Peimbert Gaytán (QEPD), también ingeniero de grandes latitudes, en esas oficinas de la ahora SIOP, en una plática que oí, exponía a colaboradores —un servidor estaba de colado pidiendo audiencia—, y les dijo más o menos: “muchachitos, no hay que esperar a las lluvias de cada año para saber de los límites de la red hidráulica, pónganse a trabajar sin chismes”.
Yo, sin saber de esos temas, pero como un servidor público de carrera que he tenido la oportunidad de trabajar, puedo sostener que la aparición de socavones, la alta demanda del agua, las lluvias cada vez más atípicas, los fenómenos de El Niño y La Niña, entre otros de los problemas que estamos enfrentando, hace se requieran de soluciones colegiadas y con especialistas de varias disciplinas como ingenieros civiles, ingenieros sanitarios, ingenieros geólogos, ingenieros hidráulicos, y algunos profesionales más, pues dejar de hacerlo podría agravar la situación.
DE SOBREMESA
La aparición más frecuente de socavones: hay quienes aseguran que el cambio climático es la razón de ello, pues las lluvias intensas que se combinan con sequías prolongadas llegan a debilitar la estructura del suelo.
Y lo cierto es que los socavones ponen en alto riesgo a quienes habitan cerca de ellos, y no solo dañan viviendas, carreteras o redes de agua y electricidad, sino que pueden desplazar a familias enteras en cuestión de horas. Y esto muestra lo frágil que puede ser el suelo bajo nuestros pies.
UN CAFÉ LECHERO LIGHT
Lo que es inevitable aceptar es que prevenir será mejor a partir de implementar monitoreos en áreas vulnerables, y es que hay sensores y estudios geológicos que sirven para detectar la inestabilidad del terreno antes de que ocurra un colapso o socavón.
En esa planeación urbana será importante que las autoridades le inviertan a partir de una educación comunitaria, y así la población sepa reconocer señales tempranas como grietas en el suelo, hundimientos pequeños o cambios en el drenaje de agua, que lo comuniquen a los servidores públicos correspondientes y estos procedan a la atención inmediata.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
En diversos sitios comentan el incremento de llamadas telefónicas de extorsión en cada vez más localidades del estado de Veracruz.
Aun cuando las autoridades de seguridad pública y procuración de justicia aseguran contar con estadísticas, y hasta en el aumento de denuncias, algo deberá hacerse por las instancias de gobierno en este sentido, pues hay quienes aseguran que incluso reciben llamadas con números nacionales como del extranjero.
Las modificaciones al marco legal y acciones para brindar seguridad y justicia a la población vulnerable ante estos hechos de extorsión telefónica creciente —lamentablemente hay casos favorables para los defraudadores— deben atenderse y erradicarse.
¡ES CUANTO!
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