DE PRIMERA MANO
- Ahora fue para universidad privada
- Nahle, en la zona afectada por lluvias
Por Omar Zúñiga
“Haiga sido como haiga sido, esta es una señal más de la insensatez con que se maneja la Rectoría de Martincillo, ahora que fue prestado o rentado (como diría el padre Padilla, está cabrón saber tanto) para graduaciones, podrían esperarse entonces que lo hagan para una fiesta de 15 años, con los Súper Caracoles o Nelson Kanzela, como telón de fondo, la acústica del lugar haría el resto”.
“Probado está que este personaje, el rectorcito, no debe seguir hundiendo a la Universidad Veracruzana, aunque su gavilla de la Junta de Gobierno pretenda avalar la ilegalidad del asalto a Rectoría mediante la triquiñuela de la prórroga”.
Este texto fue publicado en este espacio el 27 de julio pasado, por la calebración de una ceremonia de graduación para alumnos de bachillerato en el majestuoso escenario de la Sala de Conciertos Tlaqná.
Pues como visto está que a las autoridades universitarias eso de respetar la normatividad (no me vengan con que la ley es la ley, AMLO dixit), la Sala Tlaqná repitió.
Alumnos de diferente nivel (ahora fueron maestros y doctores) en una graduación el sábado 4 de octubre, el escenario volvió a ser el mismo.
Dado que se trata de una universidad privada, se torna muy difícil que la majestuosa Sala de Conciertos haya sido prestada.
Al final del día la porquería es la misma, a los usuarios de las instalaciones de la USBI se les cobra por hacer uso de ellas, y un escenario que está destinado exclusivamente para la Orquesta Sinfónica de Xalapa, sesiones del CUG y en su caso las bellas artes, la vemos con asientos numerados para los graduados.
Faltó el festón del Mercado Jáuregui y los fotógrafos pasteleros con su tendedera en el mezzanine.
Los que están que brincan de júbilo son Martincillo y el director de la Fundación UV, Facundo Pacheco.
Ojalá podamos saber el costo por la renta del recinto, en una de esas, podemos festejar ahí un cumpleaños, ¡por todo lo alto!
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No todo lo que se hace un gobierno es malo y tampoco todo es bueno, es una máxima que debe prevalecer en la democracia.
Sin embargo, en el sexenio del trístemente célebre Cuitláhuac García, no recuerdo algo bueno que se haya hecho, ni siquiera cuando bajaba a limpiarse los zapatos a Parque Juárez en Xalapa, porque nadie lo pelaba; y de visitar zonas siniestradas por algún desastre natural, ni hablamos.
Hoy en día, las lluvias no han parado en prácticamente 48 horas en Veracruz; ha sido mucha agua la que ha caído en el terruño.
Se revive en el norte del estado la tragedia de 1999, varios ríos han salido de su cauce y otro están por salirse.
No es que haga ninguna gracia, ni podrá resolver lo que no se puede resolver, contra la naturaleza no hay vencedor, sin embargo, lo que está bien también hay que decirlo y Rocío Nahle se quitó las zapatillas, se puso el impermeable y acudió a la zona afectada, sobrevuelo incluido.
Lo dicho, no podrá solucuonar nada de inmediato, pero la sola presencia de la gobernadora, le da ánimo y alivio a la gente afectada por las inundaciones.
Es lo que se necesita en estos momentos, esperanza ante lo inminente y apoyo cuando las aguas vuelvan a su cauce.
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Y sí, hoy es 10 de octubre. ¡Día que no se repite en todo el año!
¡Qué barbaridad!