Felipe Calderón, en la administración federal pasada puso en marcha en el 2011 el llamado “El Buen Fin” intentando ser análogo al Thanksgiving Day estadounidense. Con estos programas se intenta reactivar la economía interna de los países que aplican este tipo de medidas, pero que al final, no son prácticas sanas para todos quienes en ellas participan.
No es saludable sobre todo cuando hay quienes especulan o fingen descuentos, o para quienes en realidad no tienen capacidad de compra o de endeudamiento, cuando lo que se tiene enfrente son más deudas que ahorro o inversión.
Este Buen Fin que se avecina oficialmente a partir de mañana viernes 15 de noviembre –pero el que ya adelantaron muchos comerciantes para apurar sus ganancias–, debería antes que llamar a los clientes a comprar, a presupuestar su aguinaldo y sus salarios.
Que alguien recuerde como anexo importante a los consumidores, que a partir del próximo mes de enero, por concepto de pago de impuestos, muchos de los bienes y servicios en su precio final se encarecerán de manera considerable.
Tampoco se apuesta por restringir el consumo o constreñirlo más de lo que ya se encuentra y se reporta en los tres últimos trimestres, pero el llamado al gasto prudente que no endeude al consumidor por meses y meses, debería estar en primerísimo lugar, antes de cualquier invitación al consumo y no como el tipo colofón de “como frutas y verduras” en la publicidad de bebidas y comida de altos contenidos de azúcares y carbohidratos.
El Buen Fin, consiste en rebajas que aún dejan ganancias a los comerciantes. Nadie regala nada a nadie por lo que es importante tener en mente que el aguinaldo es algo que también se obtiene como producto de nuestro trabajo y no se vale dilapidarlo en lo que se desea pero que también es prescindible.
El Buen Fin además, no tienen nada que ver con los días de ofertas en otros países como los de los Estados Unidos, en donde el consumidor sabe perfectamente que los productos que puede adquirir son justamente los que se rebajan pues son parte de los artículos descontinuados o sin oportunidad de venta, además de que no hay acuerdos con los comerciantes para instarlos a rebajar las mercancías regulares.
Que “El Buen Fin” de las cuentas alegres, no perturbe nuestra ya de por sí, atribulada economía familiar.
Acta Divina… Durante su administración, Felipe Calderón anunció en el 2011, el inicio de “El Buen Fin”, en el que se ofrecen ofertas en comercios y servicios en todo el país. Para tal efecto, los empleados del Gobierno Federal, reciben por adelanto parte proporcional de su aguinaldo.
Para advertir… En Venezuela, país que dirige Nicolás Maduro, los descuentos son por decreto presidencial. ¿Alguna diferencia?
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