• Derechos humanos, centro de las acciones del gobierno, afirma
• Presenta programa nacional de Derechos Humanos 2014-2018
El presidente Enrique Peña Nieto habló alto y claro este miércoles, en la presentación del Programa Nacional de Derechos Humanos 2014-2018, en Palacio. Los Derechos Humanos son el centro de las acciones del Gobierno Federal, aseguró.
Sonaron esperanzadoras las palabras presidenciales, cuando todo apunta a que desde la estructura del poder político, en todos sus estamentos, se siente un declarado desprecio por los derechos de los ciudadanos. Y no estamos hablando de las miles de desapariciones forzadas, o de la incontrolable trata de personas.
En el diario vivir del mexicano soplan aires pestilentes como las amenazas en contra del derecho a la protesta social y la libertad de expresión. Y si se criminalizan estos derechos, qué podemos esperar de otros que son fundamentales como la vida, el trabajo, la salud, la vivienda, la educación y más…
Por ejemplo, en meses recientes se han presentado o aprobado diversas iniciativas legales que giran en torno al ejercicio del derecho a la protesta social y a la libertad de expresión.
Algunas organizaciones defensoras han manifestado su preocupación y han documentado cómo estas leyes, más que proteger y ampliar, buscan inhibir y limitar derechos básicos en una sociedad democrática, tales como la libertad de expresión, de protesta, de reunión y de asociación.
Este es el caso de legislaciones presentadas en el Congreso Federal para regular manifestaciones, así como en los congresos locales de San Luis Potosí, Quintana Roo, Jalisco y el Distrito Federal.
Ya no hablemos de las desapariciones. De ello se ha dicho mucho. Gobernación no ha vuelto a mencionar el asunto de la investigación de las veintitantos mil desapariciones de personas, muchas de las cuales con seguridad sólo se extraviaron, se perdieron y no supieron como regresar a casa, pero muchas también evidentemente violentadas por quien sabe que cárteles inclusive institucionales. Con todo, habrá que darle a don Miguel Ángel el tiempo necesario para que reporte resultados en esa investigación que se antoja titánica.
Pero aparte de dolorosas desapariciones de personas o trata de personas, son gravísimos los hechos reportados por los defensores, entre ellos el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez. Las organizaciones encontraron sumamente preocupante el cerco a las libertades democráticas, construido desde el Estado, para violentar derechos en las calles y ahora también en internet.
En un informe presentado recientemente a la opinión pública, los defensores identifican acciones violatorias de derechos por parte del gobierno, tales como la censura previa, al establecer avisos o permisos para reuniones públicas, la posibilidad de disolver las marchas si bloquean un edificio de gobierno o una vía pública, una sobre burocratización para ejercer derechos en el espacio público, la criminalización del simple aspecto o forma de vestir de las personas, y el aumento desproporcional de penas para delitos relacionados con concentraciones.
Asimismo, podría ser inminente con las iniciativas de leyes secundarias aún en el Senado, la posibilidad de limitar comunicaciones electrónicas en sitios donde se considere esté en riesgo el orden o seguridad nacional, entre otras.
Con todo, tenemos que darle oportunidad al Presidente. Este miércoles aseguró que su gobierno seguirá combatiendo prácticas inaceptables, violatorias de la ley.
Peña Nieto se está comprometiendo al advertir que el programa anunciado se distingue por tener una visión nacional, que coloca a los derechos humanos en el centro de las acciones del gobierno, y cuenta con mecanismos de información y evaluación independientes.
Está comprometido – dijo el mandatario – a reforzar los instrumentos para prevenir y evitar cualquier violación a los derechos humanos, que deben ser investigadas y sancionadas conforme al nuevo marco normativo actual.
El Programa dado a conocer por el presidente coloca formalmente a los derechos humanos en el centro de todas las acciones del gobierno. “Las profundas transformaciones que ha experimentado el país sólo podrán arraigarse en el mediano y largo plazos, en un contexto en el que imperen el Estado de derecho y la protección efectiva de los derechos humanos.
Muy interesante el planteamiento presidencial en el sentido de que el objetivo gubernamental es transitar del reconocimiento de los derechos humanos, económicos, sociales, culturales, ambientales, civiles y políticos, a una política de Estado que garantice en la práctica su efectivo cumplimiento.
Suena bien Peña Nieto: “México debe consolidarse como un Estado Democrático de Derecho, que impulse y procure el pleno respeto y garantía de los Derechos Humanos.”
Pero habrá que ser realistas. La sociedad mexicana ha sido alimentada, desde tiempos inmemoriales, de promesas. Todos los presidentes, hasta Gustavo Díaz Ordaz, de infeliz memoria, han ofrecido. Y lo que los ciudadanos han recibido son puras vergüenzas. En esta ocasión, no obstante, no tengo por qué no creer en las palabras del presidente en turno.
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