(segunda parte)
Por María Manuela de la Rosa Aguilar.
Como hemos dicho, en África hay 45 conflictos armados activos y 35 en el resto del continente sin solución hasta ahora, aunque lo que no hemos dicho es que se trata principalmente de enfrentamientos por el poder entre las diversas etnias del continente, porque el racismo no es propio de los pueblos blancos; los pueblos africanos a lo largo de su historia se han caracterizado por la segregación racial, que no es un tema menor, dadas las encarnizadas luchas de limpieza étnica, de lo que hay que decir que además durante los siglos XVII y XVIII en que fueron delimitadas las fronteras, no fueron respetados los límites tribales o étnicos originales, lo que ha exacerbado la violencia; aparejado esto con la problemática endémica de las constantes sequías, el hambre como consecuencia, los graves problemas sanitarios, los bajos niveles de vida y los problemas políticos que conllevan las dictaduras, son las principales razones de tanta violencia, aparejadas con el terrorismo promovido por grupos islamistas radicales como Boko Haram nigeriano, Ash-Shabab somalí y Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI).
Sólo decir que en África se encuentran 7 de los 10 mayores campos de refugiados del mundo y de acuerdo con datos de la Organización Internacional para las migraciones (OIM) el 14% de los 258 millones de migrantes del planeta, procede de África.
Así, vemos como la población vive en constante zozobra, en donde casi ningún país se escapa.
El Congo
La República Democrática del Congo padeció además un décimo brote de ébola, una epidemia que ha mermado a la población; en el 2018 murieron por esta causa casi 2,500 personas, un 65% de las infectadas en menos de dos años, agravado por la presencia de grupos armados del Norte Kivu, que hizo que el gobierno militarizara la zona generando un incremento de la violencia, la inseguridad y la resistencia social. Se dieron 450 enfrenamientos armados contra trabajadores de la salud, en donde 25 de ellos murieron, entre médicos y enfermeras del país y de la OMS.
El Congo también ha vivido la Guerra del Coltán en 1998, considerada la guerra más cruel desde la II Guerra Mundial. La violencia desde entonces continúa y son las mujeres el principal objetivo, contra quienes se han cometido las peores atrocidades. Y la población se ha visto obligada a salir de sus comunidades, por lo que más de medio millón de personas han huido a países como Uganda, Tanzania o Burundi y a la fecha suman mas de 5 millones y medio de personas desplazadas huyendo de la violencia.
El Congo es una de las regiones más devastadas por la violencia, los saqueos, violaciones y asesinatos masivos, en donde hay una guerra sin cuartel entre paramilitares, milicias de autodefensa comunitarias y grupos extremistas, que han ocasionado la muerte de unos cinco millones de personas del 96 a la fecha.
En este país, pero sobre todo en la región de los Grandes Lagos, opera el M23, un grupo rebelde que aparece de manera esporádica y que estuvo inactivo durante un tiempo, pero según reportes de la ONU, se ha vuelto a activar y cuenta con el apoyo de Ruanda, obligando a decenas de mies de personas a abandonar sus lugares de origen y esto, según estimaciones, tiende a convertirse en una guerra abierta que se extenderá. El M23, en cuyas filas se encuentran ex soldados congoleños, principalmente tutsis, controla ya varios territorios como Kivu Norte y bien armados siguen avanzando para tomar otros pueblos.
En el Congo existen docenas de grupos rebeldes, todos en defensa de sus intereses tribales, algunos de los cuales se han declarado parte del llamado Estado Islámico, movimiento apoyado por Ruanda, con milicianos hutus, señalados como responsables del genocidio de 1994.
Cabe mencionar que la ONU cuenta con 14,000 efectivos de las fuerzas para el mantenimiento de la paz que residen en Goma, que sin embargo no son bien vistos por la población. Y en este entorno, Kenia también ha tenido que enfrentar a las milicias del M23, a fin de garantizar la seguridad de Goma y las principales vías de comunicación. Sin embargo, corren el riesgo de quedar atrapadas, dada la creciente fuerza del M23.
Somalia
La República Federal de Somalia, país ubicado en el Cuerno de África y al Este de continente africano, lleva más de treinta años en guerra, desde el enfrentamiento entre clanes a partir del fin del gobierno comunista en 1991. Y en el 2006 aparece por primera vez el grupo yihadista Al-Shabaad que ha acentuado la problemática del país. Aunado a ello, Somalia vive una crisis sanitaria con enfermedades tales como la polio, el sarampión y la difteria, diarrea, neumonía, entre otras, por lo que se considera el país con el nivel mas bajo en salud, aunado a que el 98% de las mujeres todavía sufren la mutilación genital femenina, que es la tasa más alta del continente.
En Somalia enfrenta una de las crisis más prolongadas del mundo debido a las guerras que se han ido sucediendo una tras otra; la hambruna, las profundas desigualdades y un clima adverso han sido las causas de que el país sea uno de los que requiere ayuda humanitaria de urgencia. La violencia de los integrantes de Al Shabaad ha dejado a más de 2 millones de personas sin hogar y los atentados terroristas están a la orden del día. Asimismo, la sequía ha acabado con los cultivos y el ganado; la hambruna ha dejado más de 250,000 muertos y la mitad del país requiere ayuda humanitaria.
Sudán
La República de Sudán, ubicada al Noreste de África que comparte frontera con Egipto y el Mar Rojo al Noreste, atraviesa su territorio el Río Nilo. Desde mediados del siglo pasado mantuvo una guerra civil que se prolongó durante 17 años, de 1955 a 1972, tras lo cual enfrentó conflictos étnicos, religiosos y económicos entre la población del Norte árabe-musulmana y la población del sur animista, nilótica-cristiana y negra, que desembocó en la segunda guerra civil sudanesa, que duró de 1983 al 2005, periodo entre el que se dio un golpe de Estado, en 1989; pero en el 2011 la parte Sur se independizó, pasando a formar la República de Sudán del Sur.
En el 2003 en Darfur, un conflicto militar entre un grupo de milicianos de las tribus baggara de los abbaa y pueblos de raza negra denominados los yanyauid, perpetraron un genocidio en donde murieron cruelmente más de 300,000 personas y este conflicto se ha mantenido sin solución y a la fecha unos 3’400,000 personas en la región se encuentran desprotegidas, sin cobertura sanitaria ni alimentos suficientes, donde las instalaciones sanitarias provisionales registran unas 2,000 visitas al mes, contando sólo con 0.4 médicos por cada mil habitantes, lo que no sólo afecta los servicios básicos, sino la pronta transmisión de enfermedades, por o que desde el 2020 se declaró la emergencia sanitaria, esto, tras un brote del virus Chikungunya, en una zona en donde la malaria es una de las enfermedades más comunes que no ha logrado erradicarse. De hecho, Sudán se considera el país con la mayor crisis humanitaria y de desplazados del mundo, donde la inseguridad las enfermedades y la desnutrición son patentes y hay más de 30 millones de personas que requieren ayuda con urgencia. Por ello la ONU ha hecho un llamamiento para una financiación récord de 4,200 millones de dólares. Pero hay que decir, se trata de un plan de ayuda que no se ha concretado.
Sudán del Sur
La República de Sudán del Sur, que como he mencionado, se independizó de Sudán en el 2011, es el segundo país con menor índice de desarrollo humano, después de Somalia. Pero después de su independencia de Sudán se sumió en un aguerra civil debido a la violencia étnica, que duró más de 6 años, finalizando hasta el 2020. Es considerado un Estado fallido y es uno de los países más pobres del mundo, no obstante contar con un suelo fértil, importantes reservas de petróleo, yacimiento de oro, plata, diamantes, zinc, hierro, cobre, entre otros minerales valiosos.
La población de este nuevo Estado ha sido mermada y afectadas sus estructuras sociales debido a los conflictos étnicos. Siendo el país mas joven del mundo, una mayoría aún no cumple los 18 años, pero poco más del 20% de la población sufre de desnutrición aguda y más de 2’300,000 personas se han visto forzadas a abandonar sus hogares, migración que se torna más cruenta puesto que un 65% son menores de edad y han tenido que refugiarse en países como Kenia, Uganda y Etiopía. ACNUR, la agencia para los refugiados de la ONU la logrado dar protección y asistencia unas 650 mil personas que escaparon de los enfrentamientos en Yuba, la capital.
Los conflictos son tan violentos que han prendido las alarmas de los organismos internacionales, por una guerra que ha llevado más de veinte años, en donde las diversas tribus, razas, culturas y religiones se han estado enfrenando en un interminable conflicto armado, cuya principal motivación es la rivalidad étnica, que se ha tornado tan devastadora y cruel que se ha denunciado que los contrincantes han llegado a utilizar mujeres y niños como escudos humanos y han obstruido la ayuda humanitaria.
Así se encuentra África, cuya población originaria ha superado en Occidente la discriminación racial, al menos oficialmente, pero internamente este problema parece ser el principal obstáculo para la paz. Pero hay más datos escalofriantes, que veremos en nuestra siguiente entrega