oel Hernández Santiago
“No hagan olas” fue la instrucción suprema. Esto para que no cunda el pánico entre la población nacional en relación con la ya pandemia de Coronavirus que ha puesto de cabeza al mundo entero, nadamás a México no. Y como el viejo: “Camina lento…” ¿Por qué?
Así que mientras que muchos países en el mundo han decidido tomar medidas radicales para contener la contaminación humana con la nueva sepa de Coronavirus (Covi-19), en México estamos como Pim-pon: “se lava las manos con agua y con jabón” y hasta ahí.
Sin embargo la autoridad en Salud ha dicho que aunque estamos en Fase Uno, que importación del virus, también dice que es probable que en unos días más comience la Fase Dos, que es cuando se supone que se contaminarán unos a otros dentro del territorio nacional. Así que mientras que esto ocurre, pues nada, que “todo está bajo control”…
No obstante las señales mundiales indican otra cosa. Y hay preocupación por todos lados, particularmente en Europa que es en donde se ha incrementado de forma acelerada el contagio entre seres humanos y los decesos, por desgracia. Y en otros lados.
Eventos masivos que se cancelan en distintos países. Revisiones exhaustivas en aeropuertos. Cancelación de vuelos internacionales, particularmente los provenientes de países con alta contaminación. Cierre de fronteras. Caídas de la bolsa. Depreciación de monedas (la de mayor depreciación es el peso mexicano que ha llegado casi a los 23 pesos). Gobiernos alerta. Sistemas de Salud alerta. Población temerosa… Todo ahí…
Acá, como a marchas forzadas se anuncia adelanto de vacaciones escolares, que serán por un mes, y de forma selectiva se cancelan eventos, en tanto que las universidades e institutos privados se adelantan a la parsimonia federal y suspenden clases universidades y tecnológicos.
Mientras tanto los casos de Coronavirus se extienden. Aparecen aquí o allá. En estados distintos del país. Pero según el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, no hay que alarmarse mientras se sabe que el gobierno mexicano no ha adquirido los medicamentos que permitan ayudar a quienes padecen la contaminación. Y hay dejadez y descuido casi criminales.
Por ejemplo: Aunque las autoridades de Salud federal distribuyen un video en el que se asegura que en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, se toman todos los cuidados y se siguen protocolos, se sabe que esto no es tan así y ha surgido un clamor exigiendo que se tenga más cuidado porque el ingreso sin ton ni son de pasajeros es la puerta de acceso al contagio.
Un recorrido por el aeropuerto Benito Juárez el viernes pasado y a pregunta con pasajeros que vienen de Europa, particularmente de Italia y España, dicen que las revisiones son prácticamente inexistentes, que en algunos casos se limita a la toma de temperaturas y que la revisión adicional es selectiva… Y así.
El gobierno de México dice que no suspenderá la llegada de vuelos provenientes de Europa aunque nuestro país sea puente para quienes quieren llegar a EUA luego del cierre de sus aeropuertos. Una línea aérea dice que pondrá en cuarentena a quienes quieran conectar con Estados Unidos.
No se trata de generar pánico entre la población nacional. No. Pero sí conviene que el gobierno federal entienda el estado de alarma que surge a raíz de lo que ocurre fuera de México y que muy probablemente –dicho por la misma autoridad- impacte acá. Y esto según la Organización Mundial de la Salud, puede detenerse si los gobiernos asumen su responsabilidad de prevenir y establecer cuidados, protocolos vigilancia y sistemas de salud dispuestos para lo necesario.
En México el gobierno federal insiste en que no hay que preocuparse tanto, que no se exagere. El mismo presidente insiste en buscar responsables de todo lo que no le cuadra y dijo que muchos enemigos de la Cuarta Transformación se han trepado a los foros para acusarle de inacción y para causar alarma… Con esto lo único que se consigue es politizar el tema; un tema de salud pública.
… Un tema que tiene que ver con vida o muerte. Un asunto que se les puede salir de las manos –ojalá no- y que podría causar mucho dolor y quebranto entre muchos, sobre todo entre ‘aquellos que menos tienen’, aunque la contaminación no distingue ni clases sociales, ni partidos políticos, ni simpatizantes o no de la 4-T.
Y como ha ocurrido en otras ocasiones, podría ser la sociedad mexicana, el individuo y las multitudes organizadas, las que saldrían a brindar ayuda, a colaborar en la solución; las mismas que rebasarán a la autoridad para ser ellas mismas las que busquen el alivio y contengan el dolor humano. Ojalá no, insisto, pero podría ser el caso.
El doctor López-Gatell, subsecretario, quien tiene muy elevadas credenciales como epidemiólogo y otras especialidades más; con altas calificaciones académicas y de dirección en sanidad ¿está haciendo bien las cosas? Se sabe que no salió muy bien parado en las alertas tardías que dio durante 2009 cuando ocurrió otra alarma por la famosa Influenza en México.
¿O López-Gatell está siendo consecuente con las indicaciones superiores? ¿Estará cumpliendo cabalmente con el juramento de Hipócrates que hizo al titularse como médico? ¿Sabe que si está guardando silencio podría ser comparsa de una tragedia suprema que sobre todo para él sería inolvidable? ¿Está seguro de que todo está dispuesto por si se necesitara?… Ojalá que lo que dice hoy, para no sembrar alarma sea cierto. Ojalá y no le estén haciendo al Policía Chino…
Por lo demás nos corresponde a todos el cuidado individual y colectivo. La alerta frente a toda posibilidad que ojalá no llegue a nadie, y eso: busquemos verdades y soluciones. Y busquemos que el gobierno cumpla con su responsabilidad de garantizar vida y obra de los seres humanos. Seguridad y buena salud. Así será respetado y querido: si no, no.
joelhsantiago@gmail.com