Pablo Gato
El nuevo canciller alemán (Friedrich Merz) autoriza el uso de armas de largo alcance contra Moscú.
Rusia ha dicho que cualquier ataque con armas alemanas dentro de su territorio será considerado un ataque de la propia Alemania y que esta decisión puede descarrilar las incipientes conversaciones para llegar a la paz entre rusos y ucranianos.
Los rusos tienen un agrio recuerdo de Alemania debido a la Segunda Guerra Mundial, provocada por Alemania y que causó la muerte de 40 millones de rusos.
Se esté a favor de un bando o del otro en el conflicto en Ucrania, Rusia es el mayor poder nuclear del mundo.
Los partidarios de la idea afirman que hay que dar a Ucrania las herramientas para defenderse.
Los que están en contra califican a los líderes de Alemania, Francia y Gran Bretaña de verdaderos lunáticos que están llevando a Europa y al mundo a la primera guerra nuclear en la cual la clara perjudicada será Europa.
El arsenal nuclear de Europa comparado al de Rusia es minúsculo.
En un supuesto conflicto nuclear, Rusia seria golpeada, pero sin duda sobreviviría mientras que Europa se convertiría en simples cenizas.
Agregan que la ineptitud de los líderes de los principales países europeos ha evitado llegar a una solución en el conflicto y que esos líderes (tras arruinar las economías de sus naciones) prefieren continuar la guerra en un intento desesperado por mantenerse en el poder y no reconocer sus errores.
Equiparan la decisión del canciller alemán a que en una hipotética guerra entre México y EEUU, Alemania proporcionara misiles de largo alcance a México que pudieran llegar a Washington.
La reacción de EEUU contra Alemania, afirman, sería muy predecible. El mundo vuelve a estar al borde del precipicio.
Caos.
Yo soy periodista y sigo a diario lo que hace Trump incluido por supuesto el tema de los aranceles. Tengo que confesar que hasta yo estoy confundido con qué tipo de aranceles hay ahora y cuáles vienen y cuáles no.
¿Por qué?
Trump es una montaña rusa (no es un juego de palabras): hoy anuncia un arancel, mañana lo cancela, pasado mañana lo reactiva y el día siguiente lo vuelve a cancelar, aumentar o rebajar para más tarde activarlo o cancelarlo de nuevo.
La prueba de hoy son los aranceles del 50% que anunció de la nada contra la Unión Europea y que comenzarían en junio. Ya lo cambio a Julio. Resulta casi imposible estar al día de la decisión “du jour” de Trump respecto a las también llamadas tarifas.
El mundo de los negocios, dejando ya de lado el mérito o desmerito de los aranceles en sí, ha entrado en un estado de incertidumbre perpetua que obviamente les impide desarrollar su labor de forma efectiva y mucho menos invertir.
El motivo es que no tienen ni idea de lo que hará y decidirá Trump en los próximos días, semanas, meses o años y si cuando decida algo lo mantendrá o lo cambiará repentinamente porque una vez más cambio de parecer. El resultado es el caos.
Trump afirma que ha conseguido billones de dólares de inversión en EEUU, trillion en inglés.
Aún falta ver que eso sea verdad. De un compromiso a una inversión real puede haber un buen trecho. Eso sucedió a menudo en su primer término. Se anunciaron muchas inversiones en EEUU que jamás se produjeron, como por ejemplo Apple.
¿Cómo van a invertir las grandes empresas o países sin tener ni la más remota idea o seguridad sobre lo que va a suceder a corto, medio y largo plazo?
Es de pura lógica. Los simpatizantes de Trump afirman que todo es una táctica negociadora para conseguir mejores resultados.
Sus críticos, que es el peor negociador que se ha visto jamás y que tiene tácticas infantiles y predecibles más dignas del juego del monopoly que no de un presidente de EEUU y que su única arma es la intimidación y el chantaje. Lo cierto es una cosa: el caos.