Pablo Gato
Es el centro de detención que ayer inauguro Trump para las personas en proceso de deportación. Las autoridades dijeron que podría resistir vientos huracanados. Está en la mitad de una zona muy pantanosa rodeada de cocodrilos, serpientes y todo tipo de depredadores. Hoy tenía que recibir a los primeros indocumentados. Sin embargo, la madre naturaleza parece haber demostrado que la instalación no está lista para “prime time”. Se inundó y se ha pospuesto la primera llegada de indocumentados detenidos. La noticia ha sorprendido a muchos porque Florida es conocida por sus lluvias y se había asumido que la instalación estaba preparada para algo tan predecible como lluvias. Los demócratas con buen humor dicen que están esperando a que Trump culpe a Biden de la lluvia.
¿Se ha echado una maldición en el pantano?
Veremos florecer un nuevo “The shining” o “El resplandor “en el llamado Alligator Alcatraz? Ayer Trump fue a los pantanos de la Florida para inaugurar un centro de detención del servicio de inmigración al que llaman “El Alcatraz de los caimanes”, o Alligator Alcatraz.
Como sabemos, Alcatraz tuvo recluidos a los criminales más peligrosos de EEUU. En este centro de detención habrá potenciales delincuentes, pero también personas que no han cometido ningún delito más allá de ser indocumentados.
Ayer, con la visita de Trump, se anunció a bombo y platillo que el centro estaba protegido incluso contra huracanes. Sin embargo, hoy no pudo recibir a ningún indocumentado porque se inundó con unas lluvias.
Es difícil imaginar cómo no se previó el tema de las lluvias porque Florida es más que famosa por eso.
No obstante, el punto de este escrito es otro. Es que el centro ya comenzó con mal pie su andadura.
Y si vemos la cobertura mediática, descubriremos que la comunidad nativa americana de los Miccosukees está criticando fuertemente la construcción de esa cárcel ahí. Viven en la misma zona.
Ya ha habido protestas públicas. Afirman que la construcción dañara el medio ambiente de donde residen y que, ojo esto podría ser lo más importante, viola la tranquilidad de lo que consideran las tierras sagradas donde viven.
¿Recuerdan la famosísima película de Stanley Kubrick “El resplandor”? Es imposible no acordarse de la escena en la que un enloquecido Jack Nicho son rompe a hachazos una puerta para intentar matar a su familia.
Se volvió loco porque estaba trabajando en un hotel no habitado que estaba maldecido porque había sido construido sobre el cementerio de una tribu indígena. Zona sagrada. Igual que lo que aluden los Miccosukees.
Los miccosukees son descendientes de los Seminoles, muy famosos por ser guerreros extraordinarios hasta el punto de que el gobierno de EEUU no pudo sacarlos completamente de su territorio para enviarlos a reservas, como si ocurrió con muchas otras comunidades nativas americanas.
En las guerras contra Washington fueron conocidos por su feroz espíritu de combate, por usar técnicas de guerrilla y por adaptarse complemente a los pantanos y luego usar ese terreno a su favor contra los soldados estadounidenses.
Resistieron durante mucho tiempo y con éxito contra las tropas que consideraban invasoras. Es decir, son un enemigo valiente, aguerrido y gran protector de sus creencias, costumbres y personalidad.
Su identidad cultural está íntimamente ligada a los Everglades o pantanos de Florida.
En otras palabras, cuando una comunidad así te dice que ese es un terreno sagrado que debe respetarse y no debe violarse, ¿no valdría la pena escucharla antes de construir nada ahí?
¿Habrá caído una maldición sobre el centro y la prueba es que ni pudo abrir el primer día víctima de las lluvias? Esa es una zona muy peligrosa.
Hay caimanes, todo tipo de serpientes (incluidas pitones), panteras y osos. Perderse ahí puede resultar mortal e incluso puedes ser atacado en las inmediaciones del centro de detención.
¿Estará ahí aun ese centro en un año? ¿Sera peligroso tentar a las creencias de los muccosukees y haber construido algo sobre zona para ellos sagrada?
¿Veremos un El Resplandor tropical?
Lo ignoro, pero me llamo la atención que un centro supuestamente preparado para resistir huracanes el primer día no pueda ni abrir porque la madre naturaleza se ha encargado de dejar claro quién manda aquí.
Me parece que sería mejor respetar las creencias de los Miccosukees.
Creo que siendo EEUU el tercer país más grande del mundo seguramente las autoridades pueden encontrar otros lugares para construir un centro así.