• Lo más grave: la depresión emocional
• La economía, como los poetas malditos
Un recuerdo para el Pediatra y para la Profesora
La depresión en la que está entrampado el proceso productivo de la economía mexicana ha contagiado ya las fibras emocionales más íntimas de los mexicanos de todos los sectores. El gobierno habla y habla de que su objetivo es reactivar la actividad económica, pero pasa el tiempo y no pasa nada. Llevamos ya 8 meses de la nueva administración y estamos a expensas de los vaivenes de la economía global, cuando las economías emergentes – las BRICS, concretamente – van viento en popa.
El mexicano medio, el que dedica su tiempo a, como se dice en lenguaje popular, buscar la chuleta del día obviamente que no da cifras ni porcentajes, pero es el que más padece la crisis, porque acéptelo o no cualquier político que gana para gastar y hasta le sobra, o cualquiera de los influyentes empresarios, los mexicano, los trabajadores de la economía formal y los de la economía subterránea, están con el alma en vilo y ya no digamos los 53 millones de pobres y los 12 millones en pobreza extrema que estos, como los de habitantes de Nigeria, ya no la hicieron en su desgraciada vida, con Cruzadas o Programas “contra” la pobreza.
Pero los que viven, se enriquecen, y ahorra estudiando el comportamiento de las variables económicas, los que elaboran los indicadores económicos, egresados del IPADE, de la Panamericana, del Tec, tienen expectativas muy pesimistas (mejor llamarles realistas, porque lo que es pesimista es la economía).
Este jueves primero de agosto – la profesora Esperanza habría cumplido 102 años. Cómo se pasa la vida. Cómo se viene la muerte… Tan callando…) el Banco de México dio a conocer la encuesta de julio sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, y los números y porcientos no son nada, pero nada alentadores.
Pareciera que los trabajadores mexicanos estuvieran ya predestinados por los dioses del Anáhuac, a vivir en la desolación de la desolación, medio comiendo, medio curándose, medio divirtiéndose, medio sobreviviendo y muriendo cotidianamente porque no disponen de capacidad para satisfacer sus necesidades humanas.
Qué dicen los expertos consultados por lo sondeadores del banco central. La encuesta, hay que aclarar para ponerse en su justa dimensión, es levantada entre 33 grupos de análisis y consultoría económica del sector privado nacional y extranjero. Las respuestas al cuestionario las recibió el instituto bancario central entre el 22 y el 30 de julio.
Veamos:
En lo que respecta a las expectativas de crecimiento de la economía, medida por el Producto Interno Bruto (PIB) real para 2013, éstas disminuyeron con respecto a la encuesta de junio. Y para 2014, los especialistas consultados las mantuvieron en niveles similares al mes previo. Los pronósticos indican que la economía sólo crecerá 2.7 por ciento en todo 2013. Y yo creo que están siendo muy optimistas, porque están dadas las condiciones de todo tipo, particularmente de créditos bancarios, de financiamientos gubernamentales, para que los resultados al 31 de diciembre sean aún más magros.
Más les vale a los encuestados que les asista la razón, aunque un crecimiento de 2.7 sirve para maldita sea la cosa. Pueden alegar una y mil razone; que el comportamiento negativo de la economía mundial, que la volatilidad financiera de Europa, que la inseguridad pública, que la mamá de Tarzán. Lo cierto es que, si el gobierno de Peña Nieto hubiera liberado ya los recursos presupuestales para inyectarle liquidez a las empresas, otro gallo, quizá uno de esos gallones de los gallineros de mi tía Lorenza en los llanos de San Luis allá por Coita, el panorama sería meno desalentador..
Ah. Y las expectativas sobre la tasa de desocupación laboral, para el cierre del año, obviamente es aún más depresiva. La tasa de desempleo de todo el año, si “bien” nos va, andará rondando en 5 por ciento. Ya ni esperar que el gobierno cree las 200 mil plazas prometida, adicionales, para atajar la economía informal.
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