Francisco Gómez Maza
• Se acabaron las componendas en lo oscurito
• Ahora, Monreal deberá pensarlo dos veces
Con el veto a los nombramientos del Senado de los nuevos comisionados del INAI, indudablemente frutos de componendas entre el líder de la mayoría del Senado, Ricardo Monreal, y la alicaída cúpula de la derecha, el Partido Acción Nacional, el presidente López Obrador puso el dedo en una llaga de la corrupción, que no acaba de sanar.
Los primeros dos nombramientos para cubrir vacantes en el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) indudablemente que fueron marcados con el sello de la componenda entre fuerzas contrarias, como ocurría en tiempos en los que gobernaba el PAN y los representantes de las clases dominantes se repartían los puestos públicos, como si fuesen rebanadas de una torta de cumpleaños.
La manera de designar a los consejeros y comisionados de los organismos autónomos como el INE y el INAI, entre otros que fueron creados por los gobiernos panistas para compartir la corrupción con el PRI, principalmente, para tapar el ojo al macho de la corrupción, no ha sido tocada, reformada, a pesar de que el gobierno de la 4T se termina en diciembre de 2024. A la vuelta de la esquina del tiempo.
Pero ahora, con este caso de flagrante corrupción, en el que Morena y el PAN intentaron arreglar las cosas en lo oscurito, como acostumbraban los gobiernos del llamado PRIAN. Al presidente, a AMLO no le tembló la mano de vetar la decisión senatorial, que en realidad fue más de Monreal que del pleno, en ese afán del zacatecano de siempre intentar quedar bien con los senadores de la oposición a su propio partido. Y hasta con el diablo.
Pero el líder morenista tuvo que apechugar y reconocer que el presidente tenía la razón al ejercer su derecho de veto a los nombramientos. Mas, el fuego no se apagó ahí, porque la comisionada del INAI dijo que recurrirá a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que ésta decida, porque -alega- no puede quedar paralizada la tarea de la institución.
El fin de semana, concretamente el sábado pasado, el senador Monreal informó que entró en diálogo con el secretario de gobernación, Adán Augusto López Hernández, y algunos senadores (no precisó de qué grupos parlamentarios) para intentar resolver la problemática y los nuevos nombramientos, para presentarlos al Poder Ejecutivo, que deberá aprobarlos a fuerzas. Si el Ejecutivo los rechaza de nuevo, en el tercer intento ya quedarán los que nombre el pleno del Senado, sin intervención del Ejecutivo. Pero el tiempo apremia porque el Instituto no puede quedar en parálisis total.
Mañana miércoles, en la sesión ordinaria del pleno senatorial, la Junta de Coordinación Política, que preside Monreal Ávila, deberá informar oficialmente a los senadores del veto presidencial a los primeros nombramientos de consejeros para iniciar un segundo proceso de selección y designación.
Monreal Ávila deberá tener gran cuidado en este proceso de selección porque, independientemente de lo que sienta y diga López Obrador, ya es tiempo de que las cosas del gobierno se hagan a plena luz del día, con la transparencia que debía mostrar el INAI, en donde pulula gente incapaz y está en esos puestos por ser amigos de Fox, de Calderón o de Peña.
El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) es el ente encargado de garantizar el acceso a la información pública y la protección de los datos personales de la ciudadanía.
El INAI debe asegurar que cualquier autoridad en el ámbito federal, los órganos autónomos, partidos políticos, fideicomisos, fondos públicos y sindicatos; o cualquier persona física, moral o que reciba y ejerza recursos públicos o realice actos de autoridad entregue la información pública a cualquier ciudadano que la solicite.
También garantiza el uso adecuado de los datos personales, “así como el ejercicio y tutela de los derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición que toda persona tiene con respecto a su información”, según describe el propio instituto.
El INAI tiene autonomía constitucional e independencia de los tres Poderes del Estado para prevenir la limitación de su actuación. Cuenta con la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT), a través de la cual los y las ciudadanas pueden requerir información pública a las dependencias y autoridades. Ahí, las instituciones deben cumplir también con obligaciones de transparencia sin que nadie las solicite, como la publicación de los contratos que firman o la declaración de los viáticos u otros gastos que ejercen.
El Pleno es el órgano máximo de dirección del INAI y se integra por siete comisionadas y comisionados, designados por el Senado de la República, que se encargan de expedir lineamientos y criterios que regulen la organización y funcionamiento administrativo del Instituto.