Francisco Gómez Maza
• ¿Medios públicos propagandistas?
• ¿O Medios Públicos democráticos’
Notimex fue una gran agencia informativa gubernamental, de prensa escrita, radio y televisión, que informaba de todo el acontecer nacional y mundial. En sus redacciones se forjaron excelentes reporteros y corresponsales. El gobierno, antes de Notimex, poco había incursionado en el manejo de la información como medio para influir en la sociedad y en los mismos medios informativos impresos y electrónicos. Pero NTMX fue la punta de lanza que generó una revolución en la prensa mexicana. En aquellos años, no había órgano informativo que no utilizara los servicios de esa agencia.
Sin embargo, en el transcurso de los sexenios, particularmente los del PAN y el fallido intento de Peña de reposicionar al PRI en el gobierno, la empresa informativa se perdió en el maremágnum de la mediocridad. Dejó la radio y la televisión, desmanteló sus corresponsalías nacionales y en el exterior, y se dedicó a refritear boletines de prensa de las secretarías de estado. La presencia de Alejandro Ramos Esquivel como director de Notimex fue una gran oportunidad de reposicionar a la agencia en los primerísimos niveles del profesionalismo. Sin embargo, Ramos Esquivel no recibió el apoyo presupuestal requerido para volver a inundar el mercado periodístico con los emblemas y la marca de Notimex. Y en la estructura burocrática de las últimas administraciones todo se volvió corrupción. Compras multimillonarias de espacios en los periódicos impresos y tiempos e imágenes en la Televisión y la Radio.
Todo se derrumbó y el profesionalismo de los ahora llamados medios fue suplantado por el negocio de la información. Era difícil diferenciar en que lado de una finísima línea divisoria estaba una gacetilla del gobierno o una nota trabajada por un reportero. Brillaron por su ausencia las grandes noticias que divulgaba Notimex, o el pleito profesional entre El Universal y Excélsior por ver quién de ellos publicaba la nota más impresionante (más mediática se diría en la actualidad). El periodismo se pervirtió. De ser un oficio profesionalizado por reporteros todo terreno, pasó a ser un espacio en el que juan de las pitas publica una nota falsa en las social networks y ya es periodista.
Hacía falta rescatar el periodismo de las garras de, perdón la expresión, “juan de la chingada” que, por haber sido alto funcionario público, se graduaba de periodista con un artículo de opinión que las empresas que editan periódicos le pagaban a precio de oro.
Ahora, todo aquel o aquella que tenga un blog en la Web y publique lo que sea, “hace periodismo”, o que replique un texto de otro, siempre que sea de su preferencia ideológica, está haciendo “periodismo”. Notimex ya no es el proveedor de grandes notas exclusivas nacionales y extranjeras. Es sólo una oficina burocrática que no tiene ninguna influencia profesional en el medio.
Y toda esta brevísima reflexión viene a cuento porque, al parecer, el gobierno que acaba de inaugurarse tiene planes para el manejo de la información pública. Imagino que siempre y no afecte la imagen de los gobernantes del momento. En este sentido, ha trascendido en los medios que habrá cambios y que la política informativa del gobierno de López Obrador utilizará como gozne a Notimex. No me queda claro, por supuesto, si lo que pretenden los periodistas de estado que operan en el equipo de gobierno estén pensando en información general o en información exclusivamente del gobierno, cuya difusión deviene en propaganda porque no acepta ni el análisis ni menos la crítica o el cuestionamiento, y mucho menos la autocrítica.
Y Notimex es una agencia de prensa que tendría que retomar el papel profesional que desplegó en sus inicios. Pero si simplemente va a ser recapitalizada para que opere como una agencia repartidora de boletines oficiales, sencillamente no tendrá ninguna influencia en los medios de prensa Y me temo que los estrategas de López Obrador están pensando en un medio insignia para propagar las ideas, los planes y las obras del presidente, tarea que no tiene ningún valor periodístico porque es simple propaganda.
Es como las conferencias mañaneras. El presidente informa de lo que planea, de lo que va a hacer, de lo que está haciendo, de lo que hizo, una información, sí importante, pero sin sentido crítico ni menos autocrítico.
Y hay algo en la Constitución que abona a la libertad de expresión, a la libertad de prensa. Los artículos sexto y séptimo constitucionales que tendrían que ser la base para que NOTIMEX, siendo un medio público, asumiera el papel de cabeza de playa del manejo democrático de la información, del análisis, de la crítica y de la autocrítica. El trinomio Sociedad, medios, poder tiene que interactuar democráticamente. Sólo de esta manera, Notimex puede asumirse como una auténtica empresa del estado cuya materia prima es la información verdadera, el análisis democrático y la crítica que destruya mitos y construya sociedad libre.
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