Francisco Gómez Maza
• Mientras, sobrevivir, sobrevivir
• Entre la pandemia y la pobreza
Qué hacer para que estos días de pandemia dejen de ser opacos, grises, de nubes negras, sombríos, viviendo muchos humanos aún en el encierro del “Quédate en casa”.
Qué hacer para que el porvenir vislumbrado en el horizonte deje de ser un horizonte triste para muchos, que nunca habían experimentado la soledad ni ese miedo súbito, que los griegos creían que era causado por el dios Pan, cuando recorría, por las noches la ciudad, aterrorizando a quien se hallaba en su camino.
Pero mientras eso ocurre, mientras descubrimos qué hacer, veamos cómo va la vida en pandemia: los expertos culpan a la pandemia de coronavirus de la debacle económica, con eso de que ahora está de moda culpar de todas nuestras desgracias y hasta de nuestros actos inconscientes o irresponsables al virus. Pero éste no tiene toda la responsabilidad, aunque es urgente encontrar el antivirus para parar los contagios y la muerte.
Mientras, tendremos que atenernos a vivir con el cubreboca y la careta, porque no podemos quedarnos permanentemente en casa, donde moriríamos de inanición. Tendremos que afrontar la pobreza, vivir con lo mínimo porque la economía no da para más, por lo pronto. Hablo, por supuesto, de las mayorías. Las minorías, ya saben, sin ninguna restricción económica.
La intensa volatilidad de los mercados mundiales y los conflictos comerciales entre las potencias cargan con muy buena parte de la responsabilidad de esta recesión; fueron el primer detonante de la crisis, que por obra y gracia del letal SARS-Cov-2 se trasmutó en recesión económica.
Ahora, los mercados apenas se levantan vuelven a caer por quítame estas pajas, por el vuelo de una mosca, o por un estornudo que ocasiona miedo súbito y este miedo es, y seguirá siendo por quién sabe cuánto tiempo, el principal vector tortuoso por el que marcha la economía.
El futuro, de hoy jueves a mañana viernes, así de corto, no es prometedor más qie para quienes tienen el suficiente dinero para alimentarse bien, curarse mejor, “trabajar” de sibaritas.
La contracción de la actividad económica, no sólo de México, sino de toda Latinoamérica, se profundiza a causa de la pandemia, y la CEPAL espera que caerá en (-)9.1% en 2020 en el subcontinente. En México esperamos una caída de (-)11.0 %, lo que será demoledor para la población de clase media, y más para pobres y miserables, aunque estos estén ya “acostumbrados” a sobrevivir en medio de la recesión permanente, propiciada por la muy injusta distribución del ingreso, malos empleos y salarios injustos, miserables. Pero su sufrimiento se redoblará porque ahora no llegamos ni a salario mínimo con el pretexto de la recesión.
A pesar de todo, habrá que agudizar la imaginación para ganar dinero y así satisfacer las primordiales necesidades del ser humano. No hay que olvidar el realismo económico. Todos los satisfactores materiales y hasta espirituales se compran con dinero. A algunos no les gusta hablar de dinero, pero cuando hay que pagar las colegiaturas de los hijos, o ir a la librería a comprar hasta una biblia, o mandar celebrar una misa por el familiar que acaba de morir, hay que desembolsar dinero. Si no, cómo se enriquece el pastor o el ministro.
A desfondo:
En otro orden de cosas, a este escribidor le resulta muy preocupante que el presidente López Obrador le esté apostando, casi a ciegas, a la energía sucia, contaminante, que tarde o temprano enferma a los seres vivos. Muchos padecimientos son alimentados por el CO2 (veneno mortal puro), que todos los seres vivos respiramos permanentemente.
CEPAL actualizó hoy las proyecciones de crecimiento para los países de América Latina y el Caribe. Recalca que tanto los choques externos como domésticos han resultado más fuertes de lo previsto en abril pasado, lo que ha llevado a una revisión a la baja de las cifras.
La sugerencia del SARS-Cov-2 parece ser que dejemos en paz a la tierra. Por algo, que no es la exploración ni la explotación, el petróleo buye en las entrañas de la tierra. Qué es bueno para el desarrollo de la vida, nadie lo duda. Pero a la par que es una ventaja comparativa, es un letal veneno que mata seres vivos y va dejando socavones que pueden contribuir a la destrucción del planeta, y una vez destruido no habría un día más.
Por qué no se piensa en impulsar las energías limpias. Su uso para iluminar la noche, para cocer los alimentos, para mover bovinas en la industria mitigaría, en muy buena medida, los problemas graves de la Tierra y por tanto de los seres vivos.
Pero cada cabeza es un mundo, como decía el abuelo. Y este escribidor no tiene vela en este entierro. López Obrador es de una pieza. Lo que decide es lo viable porque se lo aplauden los AMLovers.
Foto: Ave Calvar (@shotbyrain)