Francisco Gómez Maza
• El gobierno ni los ve ni los oye
• Extranjeros en su propio país
Un sector de la población muy despreciado, consuetudinariamente arrinconado por la sociedad mexicana, por la clase política y gubernamental, es el de los pueblos originarios. Los llamados indígenas o indios vienen siendo, así, extranjeros en su propia patria.
Son, por derecho de sangre, de nación, y por todos los derechos habidos y por haber, los despojados de todo, hasta de la vida. Viven, en su inmensa mayoría, en estado de pobreza y muchos en pobreza extrema. Son los llamados pobres de los pobres.
Y aún, como en tiempos de la invasión española y la colonización y el despojo de sus mejores tierras, siguen siendo explotados, excluidos, despreciados, usados sólo como piezas de museo o ejemplos de la mexicanidad, cuando son excluidos de esa mexicanidad y sólo utilizados para aportar votos para el PRI a cambio, si bien les va, de unos pinches ladrillos, o láminas de cartón para sus chozas o, aunque usted no lo crea, una sopa maruchan a cambio de su voto como ocurre en Chiapas con los atracadores verdes. ¿Verdad, Presidente?
Y a los pueblos y comunidades originarias también les llueve sobre mojado, como ocurre a diario tanto a los que se ven obligados a emigrar a las ciudades porque sus tierras en los montes ya no dan de sí como a los que permanecen en sus comunidades.
En la Ciudad de México, por mencionar un solo lugar de la república, sobreviven de vendedores ambulantes, de servidumbre doméstica, de barrenderos, cientos de miles de ellos que se debaten entre la miseria y los salarios de hambre sin que le importen un pito a los que, en vez de servir, gobiernan como si fueran autoridades cuando en realidad son empleados del pueblo.
Y los que conservan su cultura, sus usos y costumbres, en sus pueblos originarios son generalmente olvidados o son explotados por otros indígenas caciques cómplices de los gobernadores estatales. En la práctica, los llamados ladinos, los prietos mexicanos pero que son aspirantes a güeros, a gringos, a extranjeros, porque odian su condición de mexicanos, los desprecian y por tanto los maltratan. Y siguen asegurando, como en tiempos de la invasión española, que los originarios no tienen alma, aunque un indio de raza pura fue quien los liberó como pueblo del oscurantismo.
Son los descendientes de otro indio cacique que se convirtió en dictador y duró en el poder cuatro décadas y que muchos prietos añoran y quisieran que resucitara, saliera de su tumba y volviera a gobernar a México, aunque tiene muy buenos imitadores – presidentes de la república – desde aquel “último presidente de la revolución” hasta el señor con ínfulas de rey, de emperador, de jeque, en la cotidiana frustración por el derrumbe de Petróleos Mexicanos y la fracasada economía nacional, aunque él diga que está creciendo. (Yo digo que sí está creciendo pero en las arcas de los paraísos fiscales de El Caribe y del Istmo panameño)
Toda esta reflexión viene a cuento al ver la convocatoria que lanzan Las Abejas de Acteal para empezar a preparar los actos de la memoria colectiva ante la masacre perpetrada por paramilitares financiados por el gobierno, a través de aquellos nefastos asesinos del grupo paramilitar “Paz y Justicia”, que un 22 de diciembre del año de 1997 asesinaron a 45 personas que oraban en una capilla de la comunidad.
De paso, Las Abejas nos recuerdan que este mes de octubre trae también otros recuerdos dolorosos como el de Acteal, pero también de esperanza, porque toda la sangre derramada no puede quedar estéril. El 2 de octubre de 1968 no se olvida. No se olvida porque es un crimen del gobierno grabado en la memoria del pueblo como el crimen de Acteal. Pero tampoco se olvida porque el gobierno se encarga de recordárnoslo cometiendo otros crímenes contra jóvenes estudiantes como la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Hay otra fecha de octubre que no olvidan Las Abejas, el 12 de octubre, porque el 12 de octubre de 1492 fue cuando dio inicio el saqueo de los recursos de nuestro continente, un saqueo que no ha terminado. Así lo vieron hace apenas una semana cuando participaron en el Quinto Congreso Nacional Indígena (CNI), en el cual se recogieron un sin fin de testimonios de agravios y despojos de varias poblaciones de toda la República Mexicana; desde Sonora hasta la península de Yucatán han sido invadidas sus propiedades para ser explotadas y destruidas por las compañías trasnacionales, mientras sus verdaderos dueños son encarcelados, asesinados o desaparecidos.
Un fenómeno que les da una gran tristeza e indignación a Las abejas es ver cómo ese saqueo que antiguamente hacían los extranjeros, ahora es llevado al cabo por los mismos gobiernos que dicen representar a los mexicanos. Una forma de ese saqueo es con los presupuestos que se aprueban a nivel federal y estatal, en los que se recorta el gasto en educación y en salud, mientras se deja igual y hasta se hace más grande el gasto para pagar los altos sueldos de los funcionarios, o las fiestas y gastos de lujo como los que hizo el gobernador de Chiapas con su lienzo charro. A los gobernadores ladrones como Javier Duarte de Veracruz, les avisan que los van a investigar, les dan tiempo de escapar y de llevarse todo el dinero que quieran y finalmente los declaran prófugos de la justicia, con otra gran burla e insulto para el pueblo de México.
Otro ejemplo de cómo las autoridades corruptas desvían el sistema de procuración de justicia es el de los indígenas tsotsiles Margarita Gómez López y David Hernández Gómez, quienes estuvieron injustamente detenidos 6 meses en el CERESO de San Cristóbal, después de que con torturas los obligaron a firmar una declaración falsa en la que se auto inculpaban de homicidio. Como ya lo denunció el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, aunque estos tsotsiles ya están libres, la injusticia sigue porque no se les ha declarado inocentes y porque la tortura y la detención arbitraria siguen impunes.
A 8 días del Quinto Congreso Nacional Indígena y a 20 aniversario del mismo, los despojos y las amenazas en contra de los pueblos originarios, no cesan; un ejemplo reciente son las amenazas de muerte en contra de Adherentes a la Sexta Declaración de San Sebastián Bachajón, en especial a Domingo Pérez Álvaro, que el 20 de octubre recibió amenazas de muerte por órdenes del Comisariado ejidal de la Comunidad “El Paraíso” C. Manuel Guzmán Álvaro. Finalmente, Las Abejas se solidarizan con la comunidad Susuclumil, Tila, Chiapas, en donde están también conmemorando a los asesinados en el mismo año que la masacre de Acteal por paramilitares de “Paz y Justicia”.
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