Francisco Gómez Maza
- De acuerdo con los cánones de la ciencia económica, es la medida antiinflacionaria más adecuada
- Otra acción inmediata: nuevo aumento de la tasa de interés interbancaria para enfriar la economía
En un intento por controlar la crecida de la inflación, que en el 2022 cerró con un crecimiento de 7.82 por ciento contra el 7,36 de un año antes, el Banco de México continúa aplicando restricciones monetarias para contener la oferta y demanda de bienes y servicios en los mercados locales y así estabilizar los índices de precios.
Una disminución de la oferta monetaria, o lo que es lo mismo, una política monetaria restrictiva o contractiva, es la decisión adecuada que tiene que aplicar todo banco central para combatir el crecimiento de los precios, de acuerdo con la ciencia económica.
Si la autoridad monetaria reduce la cantidad de dinero que circula en los mercados locales y, con ello, aumenta la tasa de interés, se desanima el gasto en la economía y la presión sobre los precios se mitiga. Por eso, a la política monetaria restrictiva se la conoce también como política antiinflacionista, o de estabilización de precios.
Actualmente, el banco central es quien controla y regula la emisión de todo el dinero líquido de la economía, lo que también se conoce como base monetaria. Este control de la base monetaria lo hace a través de los instrumentos conocidos como operaciones de mercado abierto (OMA).
En la semana que terminó el 6 de enero, el Banco de México realizó operaciones de mercado abierto con instituciones bancarias para compensar una expansión neta de la liquidez por 115,868 millones de pesos. Esta fue resultado de:
El retiro de recursos de la cuenta de la Tesorería de la Federación y otras operaciones por 111,469 millones de pesos. Y una menor demanda por billetes y monedas por parte del público por 4,399 millones de pesos.
Así, la disminución de dinero en el mercado encarece su costo lo que enfría la producción pues las empresas que quieren contratar crédito con la banca comercial tienen que pagar un precio más elevado, lo que inhibe el proceso de producción. La economía se contrae por el efecto de la alta tasa de interés, pero el objetivo central del Banco Central es disminuir la presión sobre los precios al consumidor, en última instancia.
El objetivo de las autoridades monetarias es bajar al máximo el tope de los precios de los bienes y servicios. En el caso nuestro, a una tasa de alrededor del 3 por ciento, meta que, por supuesto, no se logrará de manera inmediata, sino, según cálculos de los gurúes del Banco, más o menos a finales del actual sexenio.
No hay que olvidar que el propósito fundamental del banco central es lograr el control de la inflación, un verdadero y muy oneroso impuesto que terminan pagando los trabajadores y, particularmente, los pobres que son la inmensa mayoría de la población.
Así, los saldos preliminares del estado de cuenta, correspondientes al viernes 6 de enero de 2023, fueron constreñidos por la autoridad monetaria:
Por una parte, aumentó la reserva internacional del banco en 626 millones de dólares, con lo que su saldo, al cierre de la semana, ascendió a 199,720 millones de dólares.
Por otra parte, la base monetaria (billetes y monedas en circulación, y depósitos bancarios en cuenta corriente en el Banco de México) disminuyó 4,399 millones de pesos, alcanzando un saldo de 2,695,642 mil pesos, cifra que implicó una variación anual de 10.8%.
La cifra alcanzada por la base monetaria, al 6 de enero, significó un incremento de 261,717 millones de pesos, respecto a la misma fecha del año anterior.
Las reservas internacionales funcionan como un seguro para afrontar contingencias generadas principalmente por desequilibrios macroeconómicos y financieros, ya sean de origen interno o externo. Son los activos bajo el control de las autoridades monetarias que están denominados en divisa extranjera y que están disponibles de manera inmediata.
En México, se integran por activos financieros denominados en las divisas de mayor importancia en los mercados internacionales, tales como dólares americanos, euros o yenes japoneses, entre otras.
De ser suficientes, las reservas internacionales también proporcionan confianza de que el país puede cumplir con sus obligaciones extranjeras actuales y futuras. Ayudan a que México mantenga una buena calificación crediticia, lo que genera seguridad para que inversionistas extranjeros inviertan en nuestro país, y para que los agentes económicos enfrenten menores costos de financiamiento.
Además, las reservas permiten contar con la capacidad de intervenir en el mercado de tipo de cambio, de considerarse necesario. Y finalmente, ayudan a limitar vulnerabilidades externas y a absorber choques en momentos de crisis, como la crisis financiera global del 2008.