Francisco Gómez Maza
• Graves problemas, más importantes que los quejidos de Canayín
• Evasión fiscal y presente y futuro de millones de jóvenes mujeres
El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene que despreocuparse por los ataques de la oposición política y de la ideológica. No vale la pena. Es mejor hacer oídos sordos.
Que Canayin lo acusa de que quiere tenerlo en la cárcel. Pues no es problema de él. Es problema de Canayín. Si Canayín tiene cola que le pisen en el arguende de la corrupción legislativa por las “reformas estructurales”, pues que las afrente ante la justicia. Si no. De qué se preocupa.
Que el PAN, el PRI, el PRD se confabulan para complicarle la vida desde la Cámara de Diputados tampoco debe de preocuparse y menos ocuparse. Que un periodista se burla de él, tampoco debe ser motivo de preocupación. Así atacan a los presidentes que representan un peligro para sus intereses.
Más bien, el Presidente tiene que poner su atención en resolver los graves problemas que enfrenta la nación, particularmente la inseguridad pública que corroe las hebras más íntimas del cuerpo social; el problema de la brutal evasión de impuestos por la que quienes llevan las de perder son los causantes cautivos. Y los jóvenes.
Recientemente, por ejemplo, la jefa del Sistema de Administración Tributaria, Raquel Buenrostro, se refirió a una de las propuestas de la Miscelánea Fiscal para el año venidero (2022). Y dio a conocer algunas de las características del llamado “régimen de confianza” para con los contribuyentes cumplidos.
También se refirió a otra de las propuestas, ésta relacionada con la ampliación de la base tributaria y la simplificación del pago de impuestos. Claro, esta propuesta debe de debe. No es posible que solamente los contribuyentes consumidores estén obligados per se a pagar ese impuesto indirecto que es el IVA (Impuesto al Valor Agregado) y que les resta poder de compra a los pobres, aparte de que estos tienen que apechugar con los pésimos efectos de la inflación en su vida diaria.
La Miscelánea Fiscal para 2022 tendrá dos grandes objetivos, de acuerdo con los expertos fiscalistas de la administración lópezobradorista, encabezados por Buenrostro: ampliar la base de contribuyentes y simplificar el pago de impuestos.
Se trataría de un sistema fiscal que le permita a la administración pública operar como gobierno, cuyo objetivo es poner las bases para que la economía nacional crezca y con ésta aumente el número de empleos para enriquecer al gran monto de la población económicamente activa.
Asimismo, la administración de López Obrador está obligada, y ya le quedan solamente tres años, a integrar a los jóvenes al trabajo remunerado, a ser parte vital de la fuerza de trabajo que se requiere para una economía en crecimiento y que tenga recursos para redistribuir equitativamente a la sociedad, a la fuerza de trabajo, a las legiones de jubilados y pensionados.
Y los recursos para gobernar en beneficio de los trabajadores tienen que incrementarse, no aumentando impuestos, sino ampliando la base gravable y cuidando de que todos paguen sus impuestos.
Ya hay ejemplos escandalosos de grandes contribuyentes que no solo eluden sin que evaden el pago de sus obligaciones fiscales. Y eso no puede seguir ocurriendo.
Simplemente, la evasión de impuestos, en los últimos cuatro años, por parte de empresas y sectores informales oscila entre un billón y 1.5 billones de pesos, equivalente a 50 mil y 75 mil millones de dólares.
“Es más de la tercera parte del presupuesto. Prácticamente el Gobierno podía gastar el doble de lo que gasta”, expuso Buenrostro a la agencia de prensa española Efe.
Otro de los grandes retos de la economía y, por tanto, de la administración lopezobradorista, es la inclusión de sectores fundamentales de la sociedad al proceso de producción y generación de bienestar: Los jóvenes en México representan más de la tercera parte de la población productiva potencial del país. Sin embargo, ocho millones 105 mil jóvenes, sobre todo mujeres jóvenes, están excluidos de la economía y ya no siguen estudiando, de acuerdo con la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno.
Unos tres millones 910 mil están desempleados; es decir, los jóvenes están totalmente disponibles para trabajar o, incluso, están buscando activamente trabajo. Hay otros cuatro millones 196 mil personas jóvenes, que no pueden salir a buscar trabajo por realizar labores domésticas y de cuidado en su hogar, de ellas el 91 por ciento son mujeres. Usted haga cuentas.
Y de ribete, 11 millones 337 mil jóvenes no cuentan con la educación media superior completa, rezago educativo que afecta gravemente sus oportunidades de acceder a trabajos formales bien remunerados con seguridad social y prestaciones.
Así, siete de cada 10 jóvenes, entre los 18 y 20 años, tienen dificultades para incorporarse al mercado laboral formal, debido a la falta de experiencia y habilidades como el manejo de un segundo idioma y los conocimientos técnicos necesarios, de acuerdo con el estudio “Escasez de Oportunidades Laborales para los jóvenes”, que realizó ManpowerGroup.