The fight to save Juárez (La batalla por salvar a Juárez) es el título de la investigación realizada en sitio por Ricardo Ainslie, profesor de la Universidad de Texas, de los intríngulis de la violencia que ha hecho de Ciudad Juárez “la zona cero” de la guerra contra el narcotráfico librada en todo el país y que ha cobrado alrededor de “60,000” víctimas, de acuerdo con las suposiciones más conservadoras, porque el gobierno nunca dio ni ha dado, ni dará ningún saldo de los asesinados (ejecutados), desaparecidos, desplazados.
Ainslie, licenciado en sicología por la Universidad de California en Berkeley, y doctorado en sicología clínica por la de Michigan, relata los tres años mas violentos en “Paso del Norte” – 2008, 2009 y 2010 -, durante los cuales viajó intermitentemente a aquella ciudad para entrevistar a muchísima gente (periodistas, activistas en derechos humanos, policías federales, el presidente municipal, organizaciones no gubernamentales, comunidades marginalizadas, padres de víctimas de la violencia, personas relacionadas con el Cartel de Juárez, sacerdotes católicos que trabajaban en la cárcel y en comunidades populares, para conocer de primera mano la tragedia de los juarenses.
El académico nacido en ciudad de México pero naturalizado estadounidense por razones académicas, entrevistó a funcionarios del Gobierno federal, e inclusive a miembros del gabinete de seguridad de Felipe Calderón como Eduardo Tomás Medina Mora (a la sazón procurador general), Genaro García Luna (de Seguridad Pública), así como a otros como Guillermo Valdez (Cisen, la agencia sin inteligencia), y Alejandro Poiré (Gobernación), a quienes contactó por fin, luego de batallar para conseguir las citas.
El interés de Ainslie fue buscar una respuesta a esta pregunta: ¿Cómo entienden ustedes lo que hacen en Ciudad Juárez y en otras partes del país donde surge la guerra contra el narcotráfico? En conversación electrónica, Ricardo le narra a este escribidor cómo por fin pudo construir The fight to save Juárez, que por cierto estará en circulación a más tardar a mediados de la primavera.
El proyecto se realizó a dos niveles: Uno de “estrategia”; el otro, mucho más de cerca, viendo el impacto de la violencia, lo que llevó a Ricardo a vivir en Juárez durante ese tiempo.
“Esta última meta me llevó a casi todas las colonias de Cd Juárez, desde las mas pobres hasta las más pudientes. Vi muchos muertos. Hablé con padres de Villas de Salvárcar sobre la vida de sus hijos y sus opiniones sobre lo que ocurría en su ciudad. Por formación soy sicólogo, no periodista, y creo que esa sensibilidad guía el libro.”
El interés del académico nunca fue político. “Sé que vivimos en una época llena de cinismo. Pero sé (y lo he visto) que hay muchos individuos – inclusive dentro de las corporaciones policiacas; inclusive periodistas y políticos, desde los peritos en la escena de crimen hasta los evangélicos que oran frente al Palacio Municipal -, cuya intención es mejorar al país y resolver estos problemas, aunque viven, día a día, rodeados de corrupción a todos los niveles.”
El propósito del académico fue lograr un reportaje íntimo y humano de esta tragedia. El eje central del The fight to save Juárez se enfoca en la vida de cuatro ciudadanos: el entonces presidente municipal, José Reyes Ferriz; un activista en derechos humanos, Gustavo de la Rosa Hickerson; “Elena”, amante de un capo de mediana jerarquía del Cártel de Juárez (cohabitó con él 8 años; tuvieron hijos, y a él lo asesinaron en 2009); y por último, un periodista, Raymundo, quien conoce la ciudad como ningún otro, desde el laberinto de sus colonias hasta sus parques; desde su violencia más sangrienta hasta los restaurantes de los Chinos, cuyos antepasados controlaban la venta del opio en la ciudad).