Ricardo Del Muro / Austral
Los dirigentes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), encabezados por Francisco Cervantes, confirmaron su asistencia a la asamblea convocada por la presidenta Claudia Sheinbaum, el próximo domingo en el Zócalo de la Ciudad de México, donde dará a conocer las medidas para enfrentar los aranceles impuestos por el presidente estadounidense, Donald Trump, a los productos mexicanos.
La presidenta Sheinbaum se reunió este miércoles con los integrantes del CCE en Palacio Nacional, para analizar los efectos que tendrán los aranceles en la economía mexicana, así como las opciones que pueden establecerse para evitar que la economía mexicana caiga en recesión y que serán presentados el próximo domingo.
La confirmación de que los integrantes del CCE asistirán a la asamblea del Zócalo ha servido para que la reunión del Zócalo deje de ser considerada como un “acto partidista”, exclusivo de la Cuarta T, y sea un acto de Estado, donde la presidenta Sheinbaum reafirme su llamado a la unidad nacional para enfrentar la agresión arancelaria promovida por Trump.
Más allá de las divisiones ideológicas y partidistas, la amenaza de los aranceles de 25% a las exportaciones mexicanas a Estados Unidos, afectará a todos los sectores productivos del país y su efectos negativos incluso alcanzarán a los empresarios de por los menos 20 estados del vecino país, principalmente Texas, California, Michigan, Ohio e Illinois, que tienen fuertes lazos comerciales con México.
Falta conocer la respuesta a la convocatoria presidencial de parte de otros grupos empresariales como la Coparmex, tradicionalmente ligada al PAN y la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), que agrupa a los pequeños y medianos empresarios, además de las empresas transnacionales afiliadas a la Cámara Americana de Comercio, pero es previsible que las medidas arancelarias de Trump afecten a todas las empresas instaladas en México, además de que sus efectos negativos repercutirán en todas las entidades, desde Baja California y Nuevo León hasta Yucatán y Chiapas.
En un análisis elaborado por el área de estudios económicos de Banamex, se estima que la vigencia de los aranceles será de corta duración, pero su implementación ha generado incertidumbre y se prevé que esto genere un crecimiento nulo del Producto Interno Bruto (PIB) del país en 2025.
Paulina Anciola, subdirectora de análisis económico de Banamex, dijo en entrevista con La Jornada, que la proyección inmediata es que las tarifas en contra de nuestro país duren un mes o menos, y el recorte al pronóstico de crecimiento – que pasó de 0.2 a 0 por ciento por parte de la institución – contempla más factores.
La proyección de un nulo crecimiento es el escenario central del análisis de Banamex, pero el área de estudios económicos de la institución bancaria elaboró dos escenarios en caso de que las medidas se mantengan por más de un mes.
Por medio de su reporte económico diario, la institución financiera reveló que otro escenario es el “moderadamente negativo”, el cual contempla aranceles por un lapso de entre 3 y 4 meses, que provocaría una contracción del PIB de México de 0.6 por ciento este año. Y otro, es el escenario “negativo”, que considera una duración de las taridas de un año, con lo que la economía mexicana caería 2.4 por ciento.
Las industrias manufactureras, de acuerdo al reporte de Banamex, serían las más afectadas. Así, la industria automotriz podría verse duramente impactada ante una reducción de la demanda externa, pues dedica más de 70% de su producción a las exportaciones. Sin embargo, dado que cuenta con una participación importante en el mercado americano, es probable que, en el corto plazo, veamos un incremento en los precios en Estados Unidos.
Los demás sectores manufactureros se verían afectados en mayor o menor medida, de acuerdo con su “vocación” exportadora, es decir, aquellos que dediquen una mayor parte de su producción a las exportaciones tendrían mayores afectaciones (como el equipo de cómputo y la maquinaria).
La construcción se vería afectada negativamente por los efectos de una mayor incertidumbre sobre las decisiones de inversión, y las actividades agropecuarias de exportación resentirían la pérdida de competitividad en el mercado de Estados Unidos. Además, anticiparíamos efectos de segundo orden en los servicios, particularmente en el comercio al por mayor y en transporte, ante el menor flujo comercial esperado.
A nivel regional la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a las exportaciones mexicanas dañaría, en mayor medida, a las entidades donde las ventas al exterior tienen mayor peso sobre sus economías. En Chihuahua, Coahuila y Baja California las exportaciones equivalen a más de 75% del PIB, mientras que, para Tamaulipas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Sonora, Campeche, Querétaro, Guanajuato y Nuevo León, las ventas al exterior representan más de 40% de sus respectivas economías.
Con excepción de Campeche, donde el principal bien de exportación es el petróleo, en el resto de las entidades, las exportaciones manufactureras son las más relevantes. En particular, el equipo de transporte concentra más de 70% del total de las exportaciones en entidades como Aguascalientes, Puebla, Guanajuato, San Luis Potosí y Coahuila. La menor demanda de bienes primarios, por otro lado, tendría impactos negativos en el sector exportador de Michoacán, Sinaloa y Nayarit, principalmente.
Además del café, otros productos agrícolas y manufacturados del sureste mexicano podrían enfrentar dificultades para competir en el mercado estadounidense debido al incremento en los costos asociados a los aranceles. Esto podría traducirse en una reducción de las exportaciones y, consecuentemente, en pérdidas económicas para la región. RDM