CAFÉ DE MAÑANA
Por José Luis Enríquez Ambell
Al inicio del sexenio del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a casi toda la población, le pareció una idea extraordinaria, y hasta de triunfo para el mismo Jefe del Poder Ejecutivo, pues decidió disminuirse el sueldo y percepciones por más de la mitad de su ingreso.
Incluso, en el techo financiero del capítulo 1000 del presupuesto se indicó un tabulador más bajo que fue desde arriba, como instrucción que los oficiales mayores y homólogos en secretarias de estado, dependencias y entidades del Poder Ejecutivo se aplicó -con algunas excepciones- y que llevó a promover amparos y hasta defensas legales de algunos, que lograron con éxito su oposición.
Hoy a cinco años de su mandato es sabido y son evidentes los excesos de servidores públicos en distintos niveles del gobierno en su conjunto. Y es que, coinciden en mandado la Federación y Veracruz, en términos de sexenio. Y cabe decir, que también hay buenos servidores públicos aunque sean los menos, pero algunos es claro que no parecen moverse en la medianía de sus ingresos legítimamente obtenidos.
Todos los servidores públicos deberían estar bien y mejor pagados a través de sueldos y prestaciones decorosas, pues desde ahí se cimienta una mejor vocación y emoción por el servicio en favor de las instituciones y la población, y hasta combatir para erradicar a la corrupción, partiendo de sueldos justos, pero también decorosos.
Es increíble ver a servidores públicos que viven y visten por encima de lo que sus portales de transparencia en oficinas nos dicen en términos de ingresos, y que incluso en sus declaraciones patrimoniales ante el órgano de control interno (contralorías) pareciera que todo está orden, pero que en realidad no es así.
Muchos reciben compensaciones justificadas e injustificadas; reducirles puede generar ahorros que podrían ser aprovechados para financiar programas sociales, según se ha dicho, pero que en la realidad los índices crecientes de pobreza nos dicen que algo ahí no cuadra, o dicho de otra forma, las reducciones no están llegando a la atención de la vulnerabilidad social.
La idea original en 2018 para ajustar los sueldos en busca de contribuir a que la burocracia viva acorde al resto de la población y con austeridad al resto de la administración pública, me parece que no ha sido una asignatura cumplida ni favorable, por muy noble que esa medida haya podido parecer, pero sus efectos son bastante contrarios a la transparencia y a la rendición de cuentas.
DE SOBREMESA
Para hacer exitosa una Administración -pública o privada-, desde una empresa hasta el propio Gobierno, requiere de gente talentosa. Y para atraer talento, hay que pagarlo. Así de simple, y podemos estar seguros de que mucha gente valiosa que está en el Gobierno se irá saliendo o saldrá, y otros que piensen en entrar decidirá no hacerlo. Al final del día los empleos son cuestión de incentivos, esto no es un delito o caminar a un acto ilegal o de corrupción; sino, todo lo contrario.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
Con menos margen de sueldos, el Gobierno en su conjunto se pone en desventaja ante posibles actos ilegales o de corrupcion, y esto es visto hasta en el sector privado como un riesgo.
UN LECHERO LIGHT DIVORCIADO
No dudo que algunas personas con una enorme vocación por servir desde las instituciones, se decidan por sacrificar su bienestar y el de su familia y opten entrar al servicio público con una compensación inferior a la que podrían obtener en una empresa o dejar un empleo mejor pagado, pero será la minoría, pero de los hay, los hay.
UN CAFÉ DE OLLA DE BARRO
“La ley prohíbe a cualquier funcionario público recibir un sueldo superior al del Presidente de la República”. Con el ajuste que propuso el Jefe del Poder Ejecutivo Federal a su sueldo, el tope se puso en 108 mil pesos mensuales, una cantidad nada despreciable, pero muy inferior a lo que ganan cientos de servidores públicos en Hacienda, Banxico y otras dependencias y de lo que paga la iniciativa privada por personas talentosas.
UN CAFÉ CON CANELA Y PANELA
Es un hecho que un buen número de burócratas no merece lo que gana, pero algunos sí, y hasta deberían ganar mucho más por los riesgos que sus puestos revisten. Y aunque se diga que hay quienes argumentan que hay mucho talento dispuesto a hacer el mismo trabajo con menor sueldo, lo dudo.
UN CAFÉ NEGRO VERACRUZANO
Sobre los ahorros de la reducción de sueldos, lo cierto es que han resultado mínimos en relación al presupuesto, mientras que el costo en pérdida de talento y capacidades ha sido enorme, o no?
¡ES CUANTO!
José Luis Enríquez Ambell
enamjl62@gmail.com; enriquezambell@gmail.com
Secretario General de la Federación Auténtica de Trabajadores del Estado de Veracruz (FATEV – JLEG) Registro Federal del Trabajo # 5844 y Director General de la Consultoría y Asesoría Integral AECAI Torre Ánimas en Xalapa, Ver.