HOMO POLÍTICUS
PAVE SOBERANES
- Lanzas y Tejolotes Contra el Crimen
La diputada federal Magda Salgado —se llama saber guardar las formas, lo que en política es básico— no es quién para pedirle a la gobernadora Margarita González-Saravia que ejerza su facultad de veto, en oposición a la reforma constitucional que la dejó fuera del concurso electoral por la presidencia municipal de Cuernavaca, en 2027. Cuidadosa, la diputada plurinominal por la segunda circunscripción plurinominal electoral, prefiere sea revisado lo que aprobó la Legislatura 56 el viernes 27 en materia electoral.
Envía así Salgado telegramas urgentes con el mismo cuerpo textual y tres diferentes direcciones: Palacio de Gobierno, Cámara de Diputados y Tribunal Electoral, con copia para militantes, directivas de partidos políticos y asociadas de organizaciones políticas afines. Si la solicitud publicada de la diputada Salgado Ponce es sometida a un análisis de contenido, los entrelineados desvelan su deseo de que la dejen participar en el proceso intermedio, entre mujeres candidatas. El arbitraje electoral de cancha se equivocó en ordenar candidata en Cuernavaca, que quiso pasar por encima de las facultades del Congreso local.
Pide Salgado «se garantice que, en el proceso legislativo, se fortalezca el principio de paridad y se respete el derecho [así] de la ciudadanía [re-así] a ser gobernada [otra vez así] por mujeres en aquellos contextos donde la exclusión ha sido una constante». Luego dice que las mujeres cuentan con preparación, liderazgo y capacidad. Sin embargo, una oración de once palabras parece jugar en contra suya: «La ley tiene que estar por encima de todos los intereses». A la preparación, liderazgo y capacidad, faltaron los méritos. Su propuesta podría ser excluyente. La presidencial-gubernamental de 2030 no está tan lejos.
Aprovecha la activista nacida en Cuernavaca la coyuntura de la aún no publicación de la reforma en el periódico oficial Tierra y Libertad del que su papá —«Nadie mete las manos al fuego por un familiar»—, es director general, para meter ruido.
Ese día, la veintena de diputados al Congreso del estado autorizó que la L57 tenga 30 bancos, en lugar de 20, como actualmente. Además, la L56 decidió por acuerdo amplio que Cuernavaca sea gobernada por un hombre. Un traje a la medida del diputado Adrián Martínez, jefe de la bancada de Acción Nacional, cuya negociación política, queda claro, es con ganancia electoral. La construcción de acuerdos, incluso consensuados, se da cediendo, otorgando, repartiendo poder. Se llama cohabitación política, cogobierno. En la entrega Candidato, no Candidata de hace ocho días, desvelo que ya hubieran querido los cinco exgobernadores inmediatos —«con envidia de la buena»— tener su Legislatura 56…
letraschiquitas
La gobernadora Margarita González-Saravia urgió la necesidad de hacer delito la colocación de mensajes criminales callejeros, utilizando el mobiliario urbano como correo entre grupos delincuenciales. Escribirlo con orrores hortografícos, debía doblar la pena***. Como candidato serio —¡ja!— a Palacio Nacional, apareció el ateo senador José Gerardo Rodolfo Fernández —su apellido materno es Noroña— que intentó besar el anillo al papa, en una encuesta aún más seria***. El alguna vez mejor alcalde del globo azul y hoy diputado federal Juan Ángel Flores, echando rostro nuevo, propuso el uso de tecnología para disuadir y perseguir el delito. ¿Qué tal, lanzas de piedra? ¿Tejolotes de molcajete?