Redacción
NoticiasMX/Washington DC.-La crisis política en Bolivia que derivó en la renuncia de Evo Morales como Presidente enfrentó hoy a los Gobiernos de México y Estados Unidos en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) quienes difirieron sobre si se trataba de un golpe de Estado.
Dos días después de que Morales renunciara al cargo, el Gobierno de México defendió su postura de que la presión de los militares a Morales significó un golpe de Estado.
“Consideramos que las presiones que Evo Morales recibió por parte de las fuerzas armadas y los cuerpos de seguridad del País, configuran elementos de un escenario de golpe de Estado“, dijo la Embajadora Luz Elena Baños, Representante Permanente de México ante la OEA este martes durante una reunión del Consejo Permanente del organismo.
Por el contrario, el Gobierno de Estados Unidos calificó como “ridículo” el llamar a los hechos un golpe de Estado, asegurando que el propio Morales era el responsable de buscar alterar la democracia.
“Rechazamos este reclamo ridículo de que la anulación de una elección fraudulenta sea un golpe de Estado…Si hubo alguna vez una amenaza a la democracia fue la realizada por el Gobierno de Bolivia encabezada por el ex presidente Evo Morales…para subvertir la voluntad del pueblo“, dijo el Embajador Carlos Trujillo, el Representante de EU.
Este domingo, Morales renunció al cargo, luego de que el comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia, Williams Kaliman, le “sugirió” salir del poder.
Durante la sesión del Consejo Permanente del martes, al menos tres otros países presentes –Uruguay, Nicaragua y Antigua y Barbuda– apoyaron abiertamente el posicionamiento mexicano de calificar los sucesos en Bolivia como un golpe de Estado contra Morales aunque con matices.
Hoy, los 34 miembros activos del organismo discuten la crisis en Bolivia con 15 países presentando una resolución para reafirmar el apoyo a la auditoría presentada por la misión técnica de la OEA sobre la falta de confiabilidad de las elecciones del 20 de octubre.