DOCUMENTAL POLÍTICO
EMILIO TRINIDAD ZALDÍVAR
Ella está a toda madre porque le llaman presidenta, porque vive en palacio nacional, porque viaja por el país y el mundo sin gastar un solo peso, porque no paga servicios domésticos, ni luz ni gas ni mantenimiento ni alimentos ni en ropa, calzado y gasolina.
No le preocupa o importa que el presidente, el real -como ella misma le llama a López Obrador– sea otro.
Ese desquiciado hombre, torcido mental, es el que gobierna al país por segundo sexenio consecutivo. El suyo, como he escrito en otras ocasiones, es un sexenio de doce años, y como todo parece indicar, se extenderá por 18.
Ella, por su proceder, es una mujer indigna, sin valores morales, sin escrúpulos, incongruente, a la que aquél puede pisotear, mangonear, ningunear, exhibir, pero vive, como él decía, feliz, feliz, feliz.
Claudia Sheinbaum es el trapo sucio del tabasqueño. Es la marioneta, el títere o la muñeca dócil y temerosa, que no se atreve a hacerse del cargo que ostenta pero que visto está no merecía.
Queda claro que ella es un cero a la izquierda en la toma de decisiones. Por eso se pitorrean de ella Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal Ávila, Andy López Beltrán, Manuel Velasco y hasta Cuauhtémoc Blanco, que no le debe a ella su impunidad, sino al tozudo, falso, hipócrita, corrupto, perverso e ignorante tabasqueño.
El nuestro es un país a la deriva, convulsionado, sometido a las presiones, caprichos, ambiciones y ocurrencias de Donald Trump; una nación sumida en la permanente tragedia de asesinatos, frente a la puerta de una recesión, detenida en el progreso, ahogándose en la corrupción, invadida de temores e injusticias, llena de engaños, pero ella, Claudia Sheinbaum, vive como princesa, en un mundo imaginario de desarrollo, de unidad, de estabilidad económica, de paz, de confianza del pueblo e inversionistas.
Nada más alejado de la realidad. Ella se ahoga en el mar receloso de las traiciones, de las ambiciones, de su incapacidad, pero cree que tiene todo controlado cuando nada está bajo su mando.
La saben débil. La ven débil. El barco es suyo pero va a la deriva porque no sabe cómo conducirlo y menos llevarlo a buen horizonte.
APUNTES FINALES….
¿No es un gobierno fallido cuando el poder desde el inicio no le pertenece? Es más fácil nombrar -porque son muy pocos su gente, sus leales- a los que ella designó: Luz Elena García González, Ernestina Gómez, Lázaro Cárdenas Batel, Paulina Silva, Juan Ramón de la Fuente, que el directorio de nombres que le impusieron, pasando por Gobernación, Economía, Senado, Diputados, IMSS, ISSSTE, INFONAVIT, CNDH, Gobierno de la Ciudad de México, Buen Gobierno (antes Función Pública); dirigencia de Morena, Consulado de México en Miami, entre muchos más… Adicional a esto, no poder proceder penalmente en contra de Cuauhtémoc Blanco ni mover al titular de Migración. Pregunto: ¿Usted en verdad manda? Y que conste, no es ofenderla; más bien, usted ofende a una nación entera siendo un fraude al no asumir no sólo el cargo sino la responsabilidad. Años luz está de ser lo que esperábamos de su gestión y su gobierno señora Sheinbaum. ¡Sólo obedece, no manda! Que el diputado Pedro Haces es una mezcla entre Joaquín Hernández Galicia (La Quina), Salvador Barragán Camacho, Carlos Romero Deschamps, Joel Ayala Almeida, Carlos Aceves del Olmo, Joaquín Gamboa Pascoe y Francisco Hernández Juárez, éste último aún al frente de los trabajadores de Telmex, y todos los demás, fueron ex líderes sindicales tramposos, corruptos, vividores del erario público y falsos defensores de la clase obrera. Buena compañía para Ricardo Monreal debe ser, que ha perdido el rumbo, la ética jurídica y mucho más de lo que ha ganado, siendo el orquestador de jugadas que llaman a la traición y sumamente vergonzosas.
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