Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George*
Lo recomendó Voltaire, que conste: Si alguna vez ve saltar por la ventana a un banquero suizo, salte detrás: Seguro hay algo que ganar. Hoy esa conducta, en la actividad bancaria y financiera, es universal.
Por eso, nadie creyó a Pedro Aspe Armella cuando en 1990, al anunciar la reprivatización de la banca, aseguró que ésta sería de mexicanos, administrada por mexicanos y para beneficio de los mexicanos: Detrás se esa meliflua promesa estaba el compromiso de desnacionalización, tal como ocurrió en el corto plazo.
En julio pasado, la Comisión Nacional de Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros reveló que existían hasta esa fecha cinco mil 310 variables-aplicación de comisión por servicios.
De esas comisiones provendría más del 50 por ciento de los ingresos de los bancos. Su campo más fértil son los plásticos (58 por ciento) y, de éstos, los operados para el consumo, tanto de personas físicas como morales.
Las comisiones generarían a algunas instituciones de banca y crédito más del 20 por ciento de las ganancias. Algo debe haber de cierto cuando las calificadoras neoyorkinas alertan que el solo anuncio de la cancelación de esas comisiones ya está provocando quebrantos en el valor de las acciones de esos corporativos en el mercado bursátil.
El doble aquí que en las matrices
Se ilustra el asunto con tres firmas que confirman que aquí el costo de las comisiones bancarias es más alto que en las matrices de la mayoría de los bancos: Banco Santander, España 20 por ciento; México, 39 por ciento. BBVA Bancomer, España, 19 por ciento, México, 36 por ciento. Citibank: Estados Unidos 18 por ciento, México 33 por ciento.
Los medios especializados en ese campo informativo estiman que de enero de 2016 a septiembre de 2018 las utilidades logradas por el conjunto del sistema bancario en México podrían estar por encima de los 300 mil millones de pesos, asunto que deben saber mejor el Sistema de Administración Tributaria y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
La cereza en el pastel es que un alto porcentaje de esas ganancias viajan a las metrópolis donde equilibran los balances de cada ejercicio fiscal de sus matrices, siempre en números negros.
Cada año, México siempre se lleva las medallitas de cobre en la frente por buena conducta. No cualquiera.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.