Yo Campesino / Cosecha lo sembrado
• Como preludio de lo que le espera, la 4T recoge frutos de su destrucción
*Miguel A. Rocha Valencia*
Durante más de tres años, el ganso de Macuspana se dedicó a destruir las estructuras agrarias de este país; les retiró paquetes tecnológicos, financiamiento para la siembra a cambio de programas clientelares improductivos, le retiró apoyos a la comercialización. Desconoció a sus liderazgos y quiso “comprarlos” para él.
El resultado de esa estrategia, paralela a la que siguió con empresario, a quien además de rateros los llama explotadores y corruptos, trajo improductividad derivada de la destrucción de cadenas productivas, cambios en la vocación de la tierra, menos alimentos, crecimiento en las importaciones y desde luego un encarecimiento que se refleja en los mayores niveles de inflación registrados en el país, con todo y los gobiernos neoliberales.
Ese daño, como ocurre con la inversión privada en todos los sectores, resulta estructural por el rompimiento incluso de los canales de comercialización que con todo y tildes de coyotaje y corrupción emitidos desde Palacio Nacional, estaban caminando gracias a la intervención de ASERCA. Los principales beneficiados eran los pequeños propietarios y el sector social, con los ejidatarios y comuneros que aún quedan.
Al primer golpe que a estas alturas restó más de 300 mil millones de pesos a la comercialización, los trabajadores del campo se manifestaron, exigieron lo que por ley les correspondía. La respuesta fue no porque el mesías tropical dijo que él los entregaría en efectivo. Creó su programita de “sembrando vida” que no sólo estimuló convertir zonas boscosas en páramos o cambiar microclimas a cambio plantar especies arbóreas que no son propias.
De tal suerte que hoy puede presumirse la siembra de millones de árboles, de los cuales el 70 por ciento resultaron inviables, se secaron por la falta de riego, por tratarse de suelos tepetatosos o simplemente “porque ahí no se dan”. Programa este, muy diferente a aquél de la sustitución de cultivos que tomaba en cuenta el historial edafológico de 25 años del lugar. O lo que ocurrió en La Laguna que se sembraron nogales en vez de algodón.
Y todo porque sembrando vida es un programa no productivo sino clientelar que sí afectó la generación de alimentos y obliga por tercer año consecutivo a comprar mayor cantidad de granos básicos a precio de dólar para satisfacer la demanda interna, incluso de oleaginosas industrializables como el cártamo, semilla de algodón o ajonjolí.
Es decir, se acabaron los programas de fomento a la agricultura, a la producción y a la comercialización y ahora se pretende con un criterio reduccionista, estimular la generación de alimentos con la siembra de traspatio, cuando es esta una actividad cotidiana de los campesinos que no sólo producen granos y carne para consumo propio, pero no es suficiente para “todo lo demás”, no les alcanza.
Eso hace pensar y a través de sus proyecciones lo ratifica el Banco de México, que en los próximos meses el proceso inflacionario seguirá a la alza; ya pasó del 7.76, especialmente porque aun con la estabilidad cambiaria del peso, si la FED continúa con el encarecimiento del dinero, las importaciones se encarecerán, no sólo en granos, cuyo monto superó los 15 mil millones de dólares en 2021, algo así como 300 mil millones de pesos, sino también en productos derivados como harinas, aceites, latería y procesados.
Por eso se advierte que antes que ceder, la inflación se irá para arriba y aguas, la paridad peso-dólar también variará necesariamente en tanto que la deuda pública, se incrementará de la misma manera.
Porque, además, en este desorden económico-financiero creado por política erráticas, simplistas o reduccionistas del machuchón, los precios al productor también están marcando niveles que no se habían visto hace mucho tiempo y la cifra de 10.35 por ciento registrada en abril, justamente expresa la existencia de presiones que van a seguir en los próximos meses.
Por ello el Banco de México no sólo tiene el reto de subir sus tasas para con el encarecimiento del dinero, intentar reducir el consumo sino aplicar mecanismos para paliar el proceso inflacionario que no sólo pega a los básicos de la canastita gansito sino en productos que sin ser “necesarios” son de consumo regular como papeles, bebidas y alimentos procesados que subieron más que los de bienes agropecuarios.
Y esperemos que la cosecha de dinero privado, también será magra y con eso, menos alcanzará a los mexicanos para salir adelante. NO hay inversión y eso en economía, es suicida.
—