Yo Campesino / Cae agricultura
• Con 4T se vuelve tendencia baja en producción de granos y aumento de importaciones
Miguel A. Rocha Valencia
Los resultados de eliminar programas de siembra y comercialización al campo para transformarlos en políticas clientelares de entregar dinero directo a cambio de sembrar árboles cuya sobrevivencia es incierta, están a la vista: Durante los tres primeros años de esta administración, disminuyó la producción de básicos y qoleaginosas, incrementándose la importación de los mismos. En 2021, la balanza comercial volvió a bajar en más de cinco mil millones de dólares.
Comparado con el año pasado, las importaciones de maíz crecieron 9.2 por ciento con un volumen superior a las 16.35 millones de toneladas, en trigo, las compras crecieron 25 por ciento (macarronero y panificable) con 5.1 millones de toneladas.
En frijol las importaciones crecieron 47.6 por ciento con un volumen de 180 mil toneladas y las de cebada y malta crecieron 50.3 por ciento para alcanzar las 775 mil toneladas.
En oleaginosas se reportó un incremento de compras hasta del 13 por ciento para alcanzar las 832 mil toneladas, que al igual que los granos básicos arriba señalados, representó un récord, de acuerdo con el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, (GCMA).
Y aunque en algunos granos como arroz disminuyó la dependencia extranjera, de acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el superávit de la balanza comercial agropecuaria y agroindustrial del país “cayó 45.5 por ciento, equivalente a cuatro mil 760 millones de dólares”, es decir, disminuyeron exportaciones y crecieron las compras al exterior.
De tal suerte que aún para el 2020, con todo y baja en relación a 2019, la balanza era favorable a México por más de 10 mil millones de dólares, hoy está por debajo de los cinco mil 700 millones de dólares.
Eso implica que a decir del Consejo Nacional Agropecuario, México en vez de acercase, se aleja de la autosuficiencia alimentaria, volviéndose más dependiente del exterior para algo tan básico como la comida, en especial de los granos básicos y oleaginosos. Las alzas en importaciones del sector se ubicaron en 10.9 por ciento, alcanzando “el 60 por ciento del valor del intercambio” con el extranjero, incluso con Argentina y Brasil a quienes ya se les compra maíz.
En su momento. El líder de la Unión de Trabajadores Agrícolas y Campesinos, Álvaro López Ríos, advirtió que el retiro de los programas de estímulo a la producción y comercialización por parte del Ganso de Macuspana, debido a supuesta corrupción de los dirigentes agrarios, golpearía a la generación de alimentos y que las importaciones en dólares aumentarían, pues entregar dinero en mano a los labriegos era la mejor manera de desperdiciar recursos y no se aplicarán a sus fines productivos.
De tal suerte que muchos predios agrícolas que requieren inversión donde el gobierno participaba, especialmente temporaleros, ejidales y comunales, se transformaron en suelo para siembra de árboles, cuya sobrevivencia es incierta, precisamente por la falta de agua.
No son viables árboles en suelos donde las sequías son recurrentes y no existe el riego. Los cultivos sí, pues se siembra cuando llueve, advertía. “Será un desperdicio millonario, caerá la producción, se romperán cadenas de comercialización y se depauperizarán (más) las tierras de temporal, y todo por intentar comprar votos”, advertía el dirigente agrario al señalar que las siembras serían abandonadas al ver predios improductivos.
Ese era el fin, el machuchón de Palacio Nacional logró el objetivo en muy poco tiempo y cuando deje el poder (si lo deja), México habrá perdido cerca de tres millones de hectáreas de tierras temporaleras.
Tan es así que el propio GCMA advierte que a tasa anual, la importación de granos aumentó 70 por ciento, no sólo por lo apuntado arriba sino también por sequía, pero además se agrega que hay un efecto más negativo derivado de la depreciación del peso que encarece los precios. Esta es la mayor contracción productiva y del superávit agropecuario de México en nueve años, apunta.
El GCMA a través de su presidente, Carlos Anaya lo explica así: Esa “contracción del superávit, por primera vez desde 2012 se debe a que las importaciones crecieron tres veces más que las exportaciones”.
Así que “Sembrando Vida” es uno de los programas más dañinos de la 4T pues en busca de comprar votos campesinos, los hunde aún más en la pobreza, ya que no sólo los hace dependientes de la limosna presupuestal, sino que además, el país pierde tierras de cultivo, competitividad agrícola y nos hace más dependientes del extranjero en algo tan importante como es el comer, con todo lo que ello conlleva incluso para diversas industrias donde las oleaginosas son básicas.
No a la Consulta gansito del peje…