Guillermo Portugal Vela
Sobre las rondas de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) donde participan Canadá, Estados Unidos y México, y en cuya fase se definirá la nueva orientación del TLCAN y el problema causal de revisar también las políticas públicas vinculantes del país; se ha anticipado la muy lamentable concertación y subordinación de la representación gubernamental del país hacia la posición oficial trilateral del Tratado del “Núcleo duro institucional del TLCAN”.
Al respecto se hace hincapié que “El TLCAN es antinacional y solo benéfico al sector exportador empresarial por efecto del estancamiento y disminución del producto, aumento del desempleo, reducción del gasto público en los servicios sociales y agudización de la pobreza, cuestión que deriva en un debilitamiento de la soberanía nacional y la independencia económica” este anterior enfoque corresponde a los Críticos del Tratado, que es un segmento de personalidades de formación multidisciplinaria que ante la opinión publica de los diversos medios y espacios han presentado por separado su aversión a los oficial e institucional del TLCAN.
Por tanto, la Representación Gubernamental y los “del cuarto de junto” -que es el grupo de consulta del equipo negociador- más “la comparsa” de senadores y empresarios; son actores adherentes del Núcleo duro institucional del TLCAN por lo que estos han soslayado recurrentemente a los Críticos del Tratado.
En este sentido como un referente para dimensionar la importancia estratégica económico-social del TLCAN, dos de los principales planteamientos se presentan para dar respuesta sobre el posicionamiento de los actores y después se señalan las Lecciones aprendidas.
Planteamiento 1: El TLCAN crea oportunidades de desarrollo para el país derivado del enorme flujo de inversión extranjera directa (IED).
Posición: Representación Gubernamental. Desde el inicio del tratado, el comercio entre las partes “se ha más que triplicado, llegando a US$ 946.1 mil millones de dólares”. La inversión extranjera directa recibida en 2008, por Canadá y Estados Unidos de la región del TLCAN “alcanzó los US$469.8 mil millones de dólares”. Asimismo, México es uno de los principales “receptores de inversión extranjera directa entre las economías emergentes”, al captar “más de US$156 mil millones de dólares” de sus países socios del TLCAN entre 1993 a 2008.
Posición: Críticos del Tratado. Aunque la inversión extranjera aumento significativamente desde sus inicios del tratado, “una parte importante de ella fue inversión de cartera de corto plazo” y no correspondió “en proyectos productivos”. Luego en los siguientes años “la inversión directa ha superado la inversión de cartera”, pero alrededor de esta “el 20% de ella viene en forma de fusiones y adquisiciones”, es decir son “inversiones nuevas” y dado que están vinculadas a “medidas de racionalización” tienen el resultado de eliminar empleos.
Por ello la IED es un segmento “de actividades y empresas”. Como el caso del 2002 de un único proyecto por la adquisición de Banamex por Citigroup, siendo responsable “del 45% del total de la IED”.
Planteamiento 2: El TLCAN induce a oportunidades de empleo, aumentando los salarios y mejora en el bienestar de los mexicanos.
Posición: Representación Gubernamental. “Con la entrada en vigor del TLCAN, el empleo total ha crecido de manera significativa en los tres países miembros. Desde 1993, se han generado casi 40 millones de empleos en la región”.
Los socios del TLCAN implementaron “un acuerdo paralelo de cooperación laboral”, el Acuerdo de Cooperación Laboral de América del Norte (ACLAN), que es el mecanismo de dimensión social del TLCAN. Con este Acuerdo el Tratado “busca mejorar las condiciones laborales y el nivel de vida de los trabajadores, así como mejorar y hacer valer sus derechos básicos”.
El ACLAN promueve además “el cumplimiento efectivo de la legislación en materia laboral de cada uno de los socios” y destaca la cooperación en asuntos laborales en las áreas “de relaciones industriales, salud y seguridad en el trabajo y normas de empleo”.
También “el TLCAN ha inducido salarios más altos”. En México “las empresas exportadoras emplean a uno de cada cinco trabajadores, quienes ganan en promedio 40% más que los empleados en actividades no relacionadas con la exportación”. Las empresas con IED ocupan el “20 % de la fuerza laboral y pagan un 26% más que el salario promedio nacional de la industria manufacturera”.
Posición: Críticos del Tratado. Entre 1994 y 2003 la fuerza de trabajo “entrante sumo 9.3 millones de personas”; pero en dicho periodo solo fueron 3 millones de empleos nuevos del sector formal. Es decir, la demanda quedo insatisfecha por alrededor del 60% de nuevos empleos, lo que obligo a las personas a buscar “estrategias de supervivencia” del trabajo informal. Los salarios mínimos y contractuales entre 1994 y 2003 perdieron, “respectivamente entre 20% y 19% de su poder de compra”.
Los salarios y prestaciones de la manufactura en dicho periodo disminuyeron en 9% y los salarios de las maquiladoras, no obstante “un aumento marginal siguió 40 pesos por debajo de los manufactureros”. En contraste en las filiales norteamericanas que operan en México los trabajadores perciben “75% menos que sus contrapartes de las filiales norteamericanas en Canadá”. Sobre la relación de los salarios manufactureros mexicanos y de los Estados Unidos se mantuvo “sin cambio de dos contra 10 dólares la hora”.
Lecciones aprendidas.
Primera. El TLCAN en las condiciones actuales de su formulación y operación “debilita la soberanía nacional y la independencia económica”.
Segunda. El Tratado tiene un impacto negativo en la base manufacturera de América del Norte y donde es toral “los esquemas de regulación de la IED”, sobre el caso mexicano…
I. La IED no induce al fortalecimiento de la competitividad de la industria, tampoco es relevante la transferencia de tecnología para las empresas domésticas.
II. Sobre el capítulo 11 del TLCAN la inversión extranjera impide que el país use “instrumentos clave de política económica (los de desempeño)”. La desregulación financiera del Tratado aumento la competitividad y además indujo mayor inversión financiera-especulativa.
III. El TLCAN no ha favorecido el desarrollo a través del crecimiento de las exportaciones. Estancamiento de la tasa de crecimiento del PIB desde los ochentas, por lo que el TLCAN no ha inducido al cambio; resultado la tasa promedio de crecimiento del PIB se ha mantenido en 1% anual desde entonces. La estrategia de crecimiento basada en las exportaciones tiene un sesgo unilateral y excluyente. El sector exportador se expandió, en forma desarticulada con el sector doméstico, por lo que no ha dado respuesta dinámica al resto de la economía a través de las cadenas de valor productivas hacia atrás y adelante de sus procesos.
Tercera.
a. Las posiciones señaladas son antagónicas, ejemplo la que se orienta al enfoque del “Núcleo duro institucional del TLCAN” que es un diseño que consolida el neoliberalismo porque se basa en el “Consenso de Washington” -que es un programa de los países subdesarrollados y subordinados a Estados Unidos que incluye como estrategias principales: el reordenamiento de las prioridades del gasto público, liberalización del comercio internacional, privatizaciones y ajustes estructurales-.
Respecto al enfoque de los Críticos del Tratado, estos son los que promueven la integración de otras alternativas donde el desarrollo local es preponderante y en las que el rol del Estado es el motor del desarrollo sustentable con el propósito de disponer en el país “soberanía, autosuficiencia y desarrollo endógeno”.
b. Se estima que los resultados de la renegociación del Tratado, no significaran cambios sustanciales para beneficio de las mayorías de los trabajadores, por lo que será necesario replantear el Tratado, bajo una estrategia de desarrollo sustentable nacional que considere: las asimetrías existentes, rediseñe las salvaguardas necesarias y las reglas de origen adecuadas; para disponer de soberanía e independencia económica; vaya contra el proteccionismo a ultranza; aumente la producción interna y a la par disminuya las importaciones; impulse la maquila-ensamblaje con insumos locales; y promueva la equidad del ingreso disponiendo de salarios y condiciones justas para los trabajadores; fomente la educación y capacitación de alto nivel; además incentive las empresas medianas y pequeñas que aporten valor agregado local e impulse más allá de lo comercial un consenso por la cooperación trinacional que disminuya las tensiones político-sociales.
c. La sociedad civil organizada deberá entre otros ejes, coadyuvar en el seguimiento y evaluación del Tratado, mediante el establecimiento de un Consejo Económico Social que sea incluyente de los ciudadan@s, organizaciones y grupos de la sociedad civil para plantear propuestas macro y sectoriales de desarrollo y además revisar y proponer “un taller permanente sobre el Tratado”, aplicando metodologías de sistematización de la información y formulación del diseño de los proyectos, programas y evaluación-seguimiento del mismo.