In principio erat Verbum©
Simón Vargas Aguilar©*
“La primera y más respetable de las artes es la agricultura”. Jean-Jacques Rousseau
Ante un mundo mucho más volátil y desafortunadamente violento, no podemos continuar creyendo que los conflictos no nos afectan y aunque queramos negarlo situaciones como los enfrentamientos armados en: Israel y la franja de Gaza, Burkina Faso, Somalia, Siria, Nigeria o Yemen, sólo por mencionar algunos, repercuten en todo el mundo, sin embargo, hoy centraré mi análisis en la crisis de alimentos que ha provocado la invasión de Rusia a Ucrania.
El 24 de febrero de 2022 los habitantes de Ucrania se despertaron con la terrible noticia de que su país estaba siendo invadido, y desde hace dos años la tortura a la que se han enfrentado no ha dado muestras de disminuir o terminarse, incluso los expertos afirman que el enfrentamiento podría convertirse en una guerra de desgaste que se prolongue hasta 2025.
Es claro que esta contienda afecta de diversas maneras, la crisis humanitaria se ha hecho mucho más visible y es que una importante cantidad de ciudadanos ucranianos ha salido del país en busca de asilo; se han aumentado los problemas de abastecimiento en las cadenas de valor y el precio de los combustibles, algunos minerales y fertilizantes se ha incrementado significativamente, lo cual es un tema clave para el área agrícola en todo el mundo y en especial en América Latina.
La inseguridad alimentaria se ha convertido en un tema sensible con el paso de los años, y aunque los pronósticos ya advertían sobre una posible crisis, es innegable que los efectos de la pandemia, los impactos del cambio climático, y el creciente número de restricciones al comercio de alimentos establecidos con el objetivo de aumentar la oferta interna y reducir los precios han hecho que enfrentemos un alza en los precios y un severo declive en la producción de alimentos.
El tema es complicado y de acuerdo con datos presentados por el Banco Mundial, hasta el 26 de febrero de 2024, 16 países habían establecido 23 prohibiciones a la exportación de alimentos, y 8 habían implementado 15 medidas de restricción de las exportaciones.
Además, Juergen Voegele, Vicepresidente de Desarrollo Sostenible de la institución antes mencionada, informó que los productos básicos más afectados por el conflicto son el trigo, el maíz, los aceites comestibles, y de manera muy importante los fertilizantes. Los números no dejan margen de dudas y es que para el 35% de la población mundial el trigo es la base de su dieta.
Por otro lado, el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales ha mencionado que la guerra entre Rusia y Ucrania ha causado la mayor perturbación de carácter militar en los mercados agrícolas mundiales en al menos un siglo; incluso el análisis asegura que la agricultura y la seguridad alimentaria son fundamentales para la estrategia de guerra de Rusia y el sector agrícola de Ucrania ha sido un objetivo importante de los ataques desde febrero de 2022.
Rusia ha explotado la inseguridad alimentaria en los países de ingresos medio bajos y bajos para su beneficio de dos maneras: 1) apuntando a disminuir (o incluso eliminar) a Ucrania como fuente de alimentos para estos países, erradicando así la influencia potencial de Ucrania, y 2) aumentando la dependencia de estas naciones de Rusia como fuente de alimentos.
El tema es por demás amplio y sobre todo digno de análisis, atacar la seguridad alimentaria no es un tema sencillo y esta guerra parece haberse centrado específicamente en ello, aún no sabemos la gravedad de las repercusiones, y la incertidumbre es palpable, sobre todo ahora después de la 5ta reelección de Vladimir Putin y las próximas elecciones presidenciales estadounidenses, por lo que habremos de continuar al pendiente del desarrollo de los eventos.
*Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.