Hay una larga lista de priístas inconformes, muchos ya de plano enojados. Son quienes creyeron que la fortuna volvería a sonreírles, cuando en diciembre del año anterior su partido regresó a Los Pinos. Sentían inminente su reingreso a las nóminas del erario público, a los gastos pagados y, claro, entre otras muchas prebendas su retorno a la escena política, a ver su imagen, a escuchar su nombre, a leer sus obras en los medios de comunicación.
Los hay que se soñaban en los mandos de las secretarías del Despacho presidencial, en las delegaciones en las entidades, en las embajadas, en los consulados de relumbrón. Nada, hasta ahora.
Los mejores puestos, para empezar, los ocuparon los mexiquenses. Prácticamente, el gabinete estatal que concluyó funciones en 2010 se convirtió en federal a partir de 2012. Nada entonces para los políticos del resto de las 31 entidades. O apenas 30, si se incluye en las apetecibles nóminas a los hidalguenses. Nadie más.
Y luego se atravesaron los chantajes panistas por el traído y llevado Pacto por México. No había que remover a los panistas que, pasado su sexenio o sus dos sexenios, aún ocupan mandos medios en las dependencias públicas, en las delegaciones estatales de las mismas, en las embajadas, en los consulados. Un favor, decían, que Gustavo Madero había solicitado, para que no le hicieran olas quienes serían desplazados y que, por supuesto, le habían concedido en aras de su permanencia en el Pacto.
Pero esos funcionarios panistas frenan, sabotean, cuando menos ralentizan…
Igual con los cargos diplomáticos. No sólo les irrita que Marisela Morales haya sido “premiada” con la representación en Milán, pese a sus monumentales pifias y presuntas raterías, les asombra que, por ejemplo, Francisco Ramírez Acuña continúe al frente de la legación en España, “desde donde sigue trabajando para Calderón, no para Enrique Peña –me dijo apenas un encumbrado personaje–, pues dedicó todo su tiempo y esfuerzos a que le dieran una corcholata (medalla) al ex ocupante de Los Pinos”.
Los cambios burocráticos, los reemplazos de panistas por priístas, también se detuvieron “por las elecciones” del pasado domingo 7.
Para muchos priístas, enojados por la inacción, el sexenio tricolor aún no inicia.
GATOPARDISMO
Todo cambió para quedar como estaba. En prácticamente todos los ámbitos, las cifras, las mediciones, el ánimo incluso, siguen la misma tendencia que a finales de la peor administración pública que haya tenido el país: la de Felipe Calderón. Por eso es que también hay una larga lista de mexicans inconformes, muchos ya de plano enojados.
Y es que, aunque se esconde, la inseguridad pública va in crescendo. Las cifras de decesos producto de la violencia que generan las cada vez más poderosos bandas delincuenciales son prácticamente las mismas que se registraron en los estertores del maligno calderonato. Apenas el jueves anterior, el conteo oficial fue de 7 mil 110 muertos, 18% menos que los 8 mil 631 registrados en el mismo periodo –los seis primeros meses– de 2012. ¿18% menos? ¡Son muchos miles! La estadística, incluso, se viste de luto.
Pero antes que la seguridad, a los mexicanos les importa la economía. Y esta va de mal en peor. Parecería que el tan publicitado Momento Mexicano, duró apenas un segundo. Vuelan los capitales “golondrinos”: 12 mil millones de dólares, apenas el mes pasado. Las expectativas de crecimiento para este 2013 se reducen mes a mes y, a este ritmo, nos dirán el próximo diciembre que, de plano, la economía se quedó estática, pero que milagrosamente no cayó todavía más. Y apenas el viernes, el Banco de México nos “alienta”, al informar que los riesgos por la desaceleración de la economía se han elevado. Eso sí crece: los riesgos.
Y casi en la misma medida que la carestía. Los míseros salarios no alcanzan para cubrir las necesidades mínimas.
¿Cuándo empieza el cambio anunciado?
¿El mercado interno? ¿Las grandes inversiones? ¿Los empleos? ¿Los ingresos populares verdaderamente remuneradores?
Y la seguridad, ¿cuándo? ¿El alto a los secuestros? ¿A las extorsiones telefónicas? ¿A la clonación de tarjetas?
¿Cuándo empieza el cambio? Hasta hoy todo está como estaba.
Índice Flamígero: Los lectores del diario hispano El País se enteraron el pasado viernes de que “el crédito ciudadano con el que Enrique Peña Nieto llegó hace seis meses a la presidencia de México empieza a terminarse. Solo un 45% de los mexicanos aprueba su labor como presidente, una cifra diez puntos inferior a la del pasado mes de marzo, según la Encuesta Nacional de Opinión Ciudadana para junio realizada por GEA-ISA, una de las principales encuestadoras del país. Además, tan solo el 39% de los encuestados aprueba el trabajo del gabinete presidencial. Los niveles de popularidad a los que ha caído el actual presidente son casi similares a los de su antecesor, Felipe Calderón, que dejó la presidencia con una aprobación del 43%, según la misma encuesta.”
— y hasta cuando don Paco, va a tolerarse las pataletas de los socios del pacto. se mantendra el gob fed rehen de la jaula de las locas y demas pillos ?? como q andan faltando….caracter!! idem el d.f.
Sr.FranciscoRodriguez,ungran cronistadel sexenio fallido del calderonato. y Elba Esther.Nos debeun articulo,de la sociedad que hubo entre elbaesther y suhermano . nos enteramos de la cercania de su familia con este obscuro personaje sus articulos se leerian de otra manera, Pierden credibilidad. no quierom pensar que el gran periodista fue realmente el gatillero de elba chuky. Esperamos elarticulo congran expectativa.