homo políticus
- Apaga Margarita la Llave del gas
Sucio, maloliente, desordenado. Anárquico. El mercado central, como Cuernavaca misma. Es la ciudad que gobierna José Luis Urióstegui, sucia, maloliente, desordenada.
Una de las cinco ciudades menos habitables de México y entre las 10 más peligrosas del mundo, en tan sólo cuatro años.
Como parámetro del gobierno municipal, su mercado central. Si a la gente no se le informara, pensaría que Cuauhtémoc Blanco sigue siendo presidente municipal. El peor de la historia que dejó de serlo hace poco.
Muestrario de la anarquía gubernativa —pereza, corrupción, descuido—, el mercado más grande y por tanto más importante del estado es un informe tangible de gobierno municipal.
Así como el mercado —una Cuernavaca chiquita—, está la capital del estado de Morelos. Sin agua, llena de basura, calles destrozadas, banquetas llenas de vendedores ambulantes, coartado el derecho al libre tránsito. El ruido de bocinas a decibeles prohibitivos. Cantinas con horario extendido y música a todo volumen. Intranquilas las familias, por tanto. Desaparecida la policía de vialidad a cambio de una recaudatoria que extorsiona con permiso. Corrupción. Ahora se sabe para qué tantos años buscando el poder…
En cuatro años, la administración Urióstegui sólo ha adornado con piedras volcánicas y flores de Nochebuena una glorieta del circuito de esa central de abasto. La obra fue donada por una tienda de conveniencia. La inauguró entre basura y vendedores a mitad de calle ofertando sus mercancías. La teoría de las ventanas rotas se hizo realidad en el corto tiempo.
La imagen de ayer del alcalde, que visitó obligado el mercado, al que no le ha invertido ni un peso, frente a montones de basura, dibujan la realidad de una Cuernavaca que padece, que sufre, y no sólo sus problemas, sino su gobierno. Inseguridad y violencia a un tris de institucionalizarse. El fracaso de gobierno.
letraschiquitas
El gobierno estatal de Cuauhtémoc Blanco perpetró varios delitos en uno, ahí, en ese mercado: la obra de rehabilitación, a consecuencia del sismo de 2017, quedó inconclusa, mal hecha y a sobreprecio. ¿Dónde quedaron 190 millones de pesos? Horas atrás, la gobernadora Margarita González-Saravia cerró oportunamente la llave de gas con una olla exprés a punto del estallido. A los molestos locatarios los atendió primero en Palacio de Gobierno y les advirtió que acudiría al espacio físico, personalmente supervisando la obra. Fue ayer. Recorrió la zona de desastre material y financiera cuauhtemista. Enrique Cotero, vendedor de billetes de lotería, pide foto. Es presagio. La familia de comerciantes y su fiel clientela, sabedores del sentido de pertenencia, pueden estar tranquilas. La reconstrucción será. Palabra de gobernadora. Hubo aplausos.