Luis Alberto García / Moscú
*Periodistas especializados no dan posibilidades a la selección de Cherchesov.
*La prensa nacional critica y cuestiona duramente al actual combinado.
*Los anfitriones no dan indicios de llegar lejos en la Copa FIFA / Rusia 2018.
*Solamente Francia ha sido monarca mundial en las dos últimas décadas.
“Rusia no luce como potencia y es un anfitrión débil”, asegura contundentemente Sergei Zavorotny, al hacer un análisis del rol que ha desempeñado y pueda desempeñar la Sbornaya nacional, el equipo que representa a un país que, en términos generales, tiene pocas esperanzas de obtener un buen lugar en el XXI Copa FIFA / Rusia 2018.
Corresponsal en México del diario “Komsomolskayia Pravda” de Moscú en la década de 1980, Zavorotny señala que, ser anfitrión de un Campeonato Mundial de Futbol, en pocas ocasiones ha sido ventaja para los equipos locales: “En los últimos nueve torneos, solamente uno de los diez combinados nacionales que los disputaron en casa ha logrado ser campeón mundial”.
En Rusia -recuerda el periodista- se cumplirán veinte años de que Francia logró festejar en su propio país el único trofeo mundialista obtenido en 1998 y que “tanto presumen”, como difícilmente podrán hacerlo sus compatriotas, uno de cuyos más altos galardones fue haber ganado la medalla de oro olímpica de 1956 en Australia, y la primera Copa Europea de Naciones, disputada en Francia en 1960.
A partir de 1998, cinco selecciones nacionales no han podido llegar ni siquiera al último juego: Alemania fue el que mejor sitio logró en 2006, cuando alcanzó semifinales, para quedar en tercer lugar, al vencer (3-1) a Portugal con dos goles de Bastian Schweinsteiger y uno de Mario Gómez.
En su almanaque estadístico “Todo sobre las Copas del Mundo” (Arkadi, México, 2010), el periodista mexicano Andrés Rafael Helguera aporta datos valiosos y reveladores en los que pocos aficionados reparan, al enlistar la buena y mala suerte que han tenido los cuadros anfitriones, señalando el lugar que obtuvieron en cada evento, a partir de 1982, cuando España quedó en el número 12.
Le siguen México 86 (6), Italia 90 (3), Estados Unidos 94 (14), Francia 98 (1), Japón 2002 (9), Corea 2002 (4), Alemania 2006 (3), Sudáfrica 2010 (20) y Brasil 2014 (4), sin que los periodistas especializados tengan una opinión favorable sobre el equipo rojo que dirige Stanislav Cherchesov desde agosto de 2016.
El actual director técnico de Rusia tuvo que tomar el lugar del italiano Fabio Capello, quien sí contaba con una prestigiosa trayectoria, mientras Cherchesov llegó al banquillo de la Sbornaya al obtener únicamente un bicampeonato con el Legia de Varsovia, capital de Polonia.
Sumamente crítico, Mijail Gániev, ex corresponsal del mismo diario para el que trabajó Zavorotny en la Ciudad de México, opina que, de no ser porque Rusia fue designada sede para el Campeonato Mundial de 2018, difícilmente estaría en él, y considera lo poco que mostró en la Copa Confederaciones de junio de 2017.
“Si Rusia, con Cherchesov al frente sigue por esa línea, no sería extraño que incurriera en los mismos errores y salga eliminada del torneo mundial en su encuentro contra Arabia Saudita, el 14 de junio próximo”, dice el periodista de “Komsomolskaya Pravda”.
Por su parte, Rashid Gabdúlin, quien trabajó para medios rusos en diferentes naciones de América Latina, establece que sus compatriotas dejaron mucho que desear en la Eurocopa de 2016, en último sitio de su sector, compartiéndolo con Gales, Inglaterra y Eslovaquia.
Sin concesiones, Gabdúlin arremete: “Su suerte no cambió en la Confederaciones de 2017 –donde por cierto ganó (2-1) a México-, pero a pesar de que Stanislav Cherchesov armó un combinado en su mayoría con jugadores de Moscú y San Petersburgo, como lo ha hecho este año, su ritmo lento de juego y sus planteamientos estáticos le abrieron la puerta de salida en la fase de grupos, consiguiendo sólo una victoria (2-0). ante Nueva Zelanda”.
Tampoco Alexei Serikov, de la Radio y Televisión Estatal de Rusia, tiene mayor optimismo, al subrayar que las expectativas estarán puestas en las individualidades, empezando por Igor Akinfeev, heredero de una tradición que se conserva gracias a Lev Yashín y Rinat Dasaev, y al delantero del Krasnodar, Fedor Smólov, que no obtuvo buenos resultados cuando jugó en el Feyenoord de Holanda.
En el lugar 65 en la tabla de posiciones de la Federación Internacional de Futbol (FIFA), el actual equipo de Rusia no puede ser considerado el “caballo negro” del torneo, aunque pudiera dar la sorpresa que su afición aguarda, añorando los buenos y viejos tiempos de la segunda mitad del siglo pasado.
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