NO PASA….NADA
Por: Jesús Solano Lira
Uno de los males que padece el país desde el siglo pasado es la desigualdad social, que a estas alturas del partido no ha podido ser erradicada y persiste una marcada pobreza regional en el país.
A pesar que los programas sociales impulsados en la pasada administración, y a los que se les da continuidad en la actual, permitieron una reducción de la pobreza, millones de mexicanos viven en la extrema pobreza. Nada que primero los probres, esa vieja factura no se ha podido pagar. Más que programas sociales, se requieren políticas públicas que ataquen de fondo este fenómeno tan lacerante y marcado entre el norte, el centro y el sur.
En ese contexto, llama la atención una investigación del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), que señala que: “La coordinación, uso y captación de los recursos fiscales en las entidades federativas requiere de modificaciones para reducir las enormes brechas y los marcados contrastes en el desarrollo de las regiones del país. En una gráfica señala que la pobreza se perpetua más en la zona sur, es decir, que el 86 por ciento de los mexicanos que nacieron pobres en esa región, se quedarán en esa misma condición.
Las obras emblemáticas de la pasada administración no los hará salir de la pobreza. Y como contraste, la región norte del país, disminuye a 54 por ciento, lo que marca las diferencias entre el norte y el sur. Para el CEEY, la actual situación se traduce en un problema de desigualdad de oportunidades que sigue en detrimento y se refleja en una baja movilidad social, a lo que se le suma un freno permanente a la justicia social, el crecimiento económico y la cohesión de la sociedad mexicana.
Y como siempre el CEEY nos dice el qué y el cómo, ahí le va. De acuerdo con su investigación, las desigualdades en el desarrollo regional, que obstaculizan la movilidad social, así como la inefectividad de la política fiscal para abordar el problema, hacen necesarias reformas que consideren la coordinación, la asignación de recursos y la recaudación.
Y sobre advertencia no hay engano, el CEEY alerta que de no concretarse estas acciones, la tendencia que se ha observado en los últimos años no se revertirá; es decir, el sistema fiscal mexicano seguirá sin contribuir a reducir las disparidades regionales en el país. Conforme a ese escenario, añade el documento, el impuesto a la propiedad (en este caso, el predial) seguirá siendo un instrumento recaudatorio subutilizado.
Por el contrario, en caso de que se adopten las medidas propuestas, habrá una serie de beneficios en distintas dimensiones. De esta manera, el sistema fiscal mexicano finalmente contribuirá a disminuir las amplias desigualdades regionales. Implentar estas propuestas, permitiría aprovechar de mejor manera el potencial de desarrollo de la población, lo que eventualmente redundaría en mejoras para la movilidad social ascendente y en la eliminación de las actuales trampas de pobreza regionales vigentes.
Ahhhh, pero no sólo eso, la asignación de recursos deben estar ligados a la falta de oportunidades para la movilidad social, como el hacinamiento en viviendas y el embarazo adolescente, además de las desventajas de salud, educativas y de pobreza en general que usualmente se consideran. En cuanto a la reforma del impuesto predial, las modificaciones aquí propuestas ofrecerán la ventaja de mejorar el potencial recaudatorio de un impuesto que, por su naturaleza, es altamente progresivo, lo cual también ayudará a reducir las desigualdades interpersonales.
El CEEY destaca que el desarrollo regional y la movilidad social no solo dependen de la asignación del gasto público descentralizado, sino de otros factores, como la inversión pública y la privada en proyectos cuidadosamente planeados y ejecutados que proporcione certidumbre e incentivos a la actividad económica. Quiúboles de que se puede,se puede, aquí no vale el NO PASA…NADA.