Ricardo Del Muro / Austral
La presidenta Claudia Sheinbaum representa “la antítesis de los arrogantes dictadores que hacen que este momento de la política mundial resulte tan sofocante”, señala un reciente artículo de Michelle Goldberg publicado en la edición dominical del New York Times.
El actuar político de la presidenta mexicana, destaca como “una brillante excepción al espíritu imperante del machismo autocrático”, puntualiza Goldberg: “No me refiero solo a Trump y Vladimir Putin, sino también a los nuevos tecnocaudillos de América Latina, figuras como el salvadoreño Nayib Bukele y el argentino Javier Milei, que combinan la política de extrema derecha con la actitud posmoderna de los trolls de foros de internet”.
La columnista del New York Times señala que la fortaleza de Sheinbaum se traduce en una aprobación histórica de más del 80% dentro del territorio mexicano, lo que la ubica como “una de las pocas líderes mundiales que ofrecen esperanza para un camino diferente” sin borrar su vinculación con el movimiento político del que proviene, la autoproclamada “Cuarta Transformación”.
Durante el primer mandato de Trump, la joven y liberal primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinta Arden, a veces fue considerada como “anti – Trump”, pero ahora Sheinbaum ocupa un lugar similar en el imaginario de la izquierda, como una mujer “inteligente, inclusiva y socialdemócrata” que ofrece una alternativa al gobierno brutal de los oligarcas.
En un amplio artículo, Goldberg hace referencia a la biografía de Sheinbaum, su cercanía con Andrés Manuel López Obrador y los temores de que hubiera una reacción sexista contra la primera mujer en la presidencia de México, pero indica que a los seis meses de su mandato no hay señales de ello. Sheinbaum fue elegida con casi 60 por ciento de los votos. Hoy su índice de aprobación supera el 80 por ciento.
Incluso hace mención de la anécdota que la semana pasada protagonizó Bukele, a quien le gusta llamarse a sí mismo “dictador más cool del mundo mundial”; preguntó a Grok, el chatbot de inteligencia artificial de Elon Musk, el nombre del líder más popular del planeta, esperando evidentemente que fuera él, pero Grok respondió: “Sheinbaum”.
No es sorprendente que algunos izquierdistas en los Estados Unidos se hayan aferrado a Sheinbaum como un raro símbolo de éxito progresivo, señala Goldberg. Su ascendencia parece evidencia de que el camino hacia la victoria radica en correr contra las élites económicas arraigadas y entregar beneficios materiales concretos a las personas que están luchando. En otras palabras, es un punto de datos que apoya la política de personas como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez.
“ Cuando hablé con el representante Ro Khanna de California en enero, él describió la victoria de Sheinbaum como “un ejemplo de política de clase trabajadora que funcionó”. En un foro para los candidatos a la alcaldía de la ciudad de Nueva York de izquierda el mes pasado, el fenómeno socialista demócrata y de las redes sociales Zohran Mamdani aclaudó cuando prometió tomar “una página de vecinos como Claudia Sheinbaum en México, que ha demostrado lo que se puede ganar cuando estás dispuesto a luchar”.
Obviamente – explica la periodista -, México es diferente de los Estados Unidos de muchas maneras para enumerar, y es simplista suponer que lo que funciona en ese país traduciría al norte de la frontera. Pero en Estados Unidos, como en muchos otros lugares, hay una revuelta contra un estilo de política a menudo de mano corta como el neoliberalismo que otorga demasiado poder en los mercados, cediendo la capacidad del gobierno para promover el florecimiento colectivo.
Debido a que esta revuelta ha llevado, en los Estados Unidos y en otros lugares, a la fealdad incesante, a veces puede parecer que nuestras únicas opciones son el neoliberalismo o la barbarie. Sheinbaum es uno de los pocos líderes mundiales que ofrecen esperanza para un camino diferente.
En el caso de México – advierte – es una esperanza frágil; el país tiene una economía endeble y está asediado por la violencia del narcotráfico. Trump ha favorecido la popularidad de Sheinbaum, pero sus políticas aún podrían causar estragos, aunque México se haya librado hasta ahora de lo peor de sus aranceles.
En este sentido, Goldberg plantea: Si presidencia tiene éxito a pesar de todos estos desafíos, será una fuente de inspiración en un mundo cada vez menos inspirador. RDM