Claudia Rodríguez
Uno de los temas que trabaron una y otra vez las sesiones de renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), fue el de la movilidad laboral dentro de los límites de las mismas naciones, para evitar movimientos migratorios –a los cuales el presidente estadounidense Donald Trump, tiene aversión.
Por meses los representantes de Canadá, Estados Unidos y México; intentaron acordar sobre distintos renglones de índole comercial, de inversiones y técnicos, en donde estuvieron al centro de la mesa de discusión y acuerdos, los emolumentos desiguales entre trabajadores de cada nación, para una misma tarea desempeñada.
Íldefonso Guajardo, secretario de Economía y Luis Videgaray, fueron las cabezas del equipo negociador del Gobierno de México, quienes tuvieron serios problemas a resolver, sobre todo cuando el Estado mexicano les impedía poner sobre la mesa, elevar los salarios de los trabajadores del país, si al interior las resistencias reales o no, han sido añejas.
No es desconocida la justificación por lo que millones de mexicanos han migrado a otros confines y de ellos un gran porcentaje hacia los Estados Unidos en la búsqueda de oportunidades reales de movilidad que en México se les han negado, y que ha conducido a empobrecer a más de la mitad de la población residente en nuestro país,
Con toda seguridad, los millones de mexicanos que viven en la pobreza, no tienen el cálculo de cuántos jóvenes de esas familias logran dar el salto a mejores ingresos; lo cual no quiere decir que se tenga una sustancial mejora en el nivel de vida.
En estos días, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), publicó un estudio sobre movilidad social, en donde deja claro que en nuestro país uno de cada dos niños que nacen en la pobreza permanece ahí durante toda su vida, mientras que los hogares de ingresos medios tienen “sustancial riesgo” de caer en esta.
Hasta hace unos meses, aún se hablaba de que la movilidad social en México estaba estancada, sobre todo por los bajos ingresos que millones de mexicanos en el estrato de la pobreza, reciben a lo largo de su vida y que incluso una mejora que doble los salarios bajos, no les permitiría tener real acceso a la salud, educación y al punto central: la movilidad social.
Esto quiere decir que se puede abordar el ascensor hacia arriba en temas de movilidad social, pero quizás nunca se mueva porque ya no hay conexiones, el botón se rompió y el ascenso imposible.
No obstante, aunque no se quiera una subir al ascensor de la movilidad que va hacia abajo, hay distintos factores que empujan y llevan a miles de mexicanos cada vez más, a la pobreza.
El TLCAN, está lejos de resolver los problemas de pobreza y migración de México hacia Estados Unidos; pero al menos hay que celebrar que no se presentó un rotundo fracaso en las negociaciones, sobre todo con el aliento de un nuevo Gobierno a la vista.
Acta Divina… De acuerdo con el estudio de la OCDE, de cada 100 niños que nacen en la base más pobre, sólo cuatro logran escalar pese a dificultades, para alcanzar al 20 por ciento de la población de mayores ingresos.
Para advertir… Los pobres no sólo deben contarse, también se deben ver y escuchar.
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