Anahí García Jáquez
El dramaturgo Charles Arrowby se ha jubilado y, por ello, se muda de Londres a una aldea. Ahí se encuentra con alguien de su pasado. A partir de ese momento, su lado oscuro saldrá a la luz.
El mar, el mar es un trabajo de la escritora irlandesa Iris Murdoch, una de las autoras más laureadas de la literatura inglesa y quien nos presenta una historia por demás intensa con un protagonista realmente complejo. El narrador es, en este caso, el protagonista, que también es actor y director teatral pero que decide retirarse. Harto del ajetreo de la vida social londinense, encuentra en Shruff End su nuevo hogar pues busca la tranquilidad y la inspiración necesarias para escribir sus memorias.
Todo parece transcurrir de acuerdo con lo planeado hasta que se da cuenta que en ese lugar vive una mujer llamada Mary Hartley Fitch, quien fue su novia en la adolescencia y a la que no ve desde entonces. Es justo ahí cuando las cosas cambian, puesto que Charles comienza a obsesionarse y a idealizarla tanto a ella como a ese romance que tuvieron, así como imagina lo que pudo haber sido de las vidas de ambos.
Conforme el lector conoce a Charles, se dará cuenta que, en verdad, es un personaje desagradable y le costará trabajo encontrarle alguna cualidad, ya que él se va mostrando tal cual es: un ser falto de empatía con un enorme talento para manipular a los demás, incapaz de sostener relaciones sanas con las mujeres y con un ego desbordado que le hace sentirse poderoso y con la facultad de mover a su antojo los destinos de las personas a su alrededor.
Como buen director de teatro, se ve a sí mismo con la capacidad suficiente de colocar o quitar a las personas a su antojo, todo esto con la intención de alcanzar sus propósitos, que en este caso es revivir ese idilio que sostuvo con Mary a pesar de que ahora ella es una mujer casada y tiene un hijo. Es así como la autora nos lleva a explorar las fijaciones insanas que, en este caso, vienen del querer aferrarse a algo que, probablemente no existió y, si existió no fue como se imaginó y mucho menos podría llegar a serlo en este momento, pues el tiempo ha transcurrido y la vida continúa.
Es así como, sin pensar y sin importarle nada ni nadie, para lograr sus fines se aprovecha de los demás valiéndose de artimañas y recurriendo a su inteligencia y talentos pero siempre con un dejo de maldad, pensando sólo en su satisfacción y convirtiendo a los demás personajes en peones que le sirven.
El mar, el mar es un texto largo (730 páginas) en el que, por momentos, el lector querrá abandonar la lectura puesto que las descripciones de lugares y personas son extensas, además de que un protagonista con el cual es casi imposible simpatizar no facilita las cosas. Sin embargo, el lenguaje claro y a la vez elegante con el que está escrita esta obra, así como la complejidad de la trama y el excelente manejo de la intriga, atrapará a quien se decida a darle una oportunidad a este libro.
Es pues, esta novela psicológica, un recorrido por la mente humana redactado en una especie de diario personal que a ratos se convierte en una autobiografía, haciéndolo por demás atractivo e interesante y en donde se abordan temas como la incansable búsqueda del amor y lo que sucede cuando no es correspondido, los efectos de las decisiones, las ilusiones, la infelicidad y la egolatría. Todo ello teniendo como marco el mar, ese que a ratos entra en calma pero cuando ruge, lo hace con fuerza arrastrando y devorando lo que se encuentre a su paso.
El mar, el mar. Iris Murdoch. 1978. Editorial Lumen.