José Alberto Sánchez Nava
1.- Introducción
El 5 de febrero de 2025, el Departamento de Justicia de Estados Unidos emitió un memorándum contundente: la eliminación total de los cárteles y organizaciones criminales transnacionales (TCOs). No se trata de una simple declaración de intenciones, sino de un plan de acción inminente que tiene a México en la mira. En un cambio radical de estrategia, la administración de Donald Trump ha decidido dar un golpe sin precedentes al crimen organizado, lo que plantea interrogantes y presiones de gran magnitud para el gobierno mexicano.
2.-Los efectos sobre el gobierno de México
Este anuncio coloca al gobierno de México en una posición complicada. Durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, la postura frente a los cárteles fue ambigua, con una política de “abrazos, no balazos” que fue fuertemente criticada tanto a nivel interno como internacional. Ahora, bajo el mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum, esta postura será insostenible. Washington exigirá resultados inmediatos y contundentes en la colaboración binacional contra el crimen organizado.
La historia nos dice que Estados Unidos no se detiene ante fronteras cuando se trata de sus intereses de seguridad nacional. El despliegue de agencias como la DEA, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional se intensificará en territorio mexicano, con o sin la aprobación expresa del gobierno de México. Si la administración de Sheinbaum no se alinea con la estrategia estadounidense, las tensiones diplomáticas podrían escalar de manera alarmante.
3.-El destino de los implicados: extradiciones y presión judicial
El documento menciona la creación de un protocolo estandarizado para procesar judicialmente a grupos delictivos como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación. Esto implica que EE.UU. aumentará la presión para extraditar a capos del narcotráfico, y también a funcionarios o empresarios que faciliten sus operaciones.
La Unidad de Prácticas Corruptas en el Extranjero del Departamento de Justicia ahora priorizará casos de soborno vinculados con el crimen organizado, lo que puede afectar a funcionarios mexicanos de alto nivel. En los próximos meses, podríamos ver un incremento en arrestos de personas con nexos políticos, empresariales y criminales, que antes operaban con relativa impunidad.
4.-Los acuerdos bilaterales: una relación en crisis
La cooperación entre ambos países en materia de seguridad siempre ha sido compleja. Con la llegada de esta nueva estrategia estadounidense, México tendrá que definir su postura: o se suma a la “eliminación total” de los cárteles o enfrenta el riesgo de sanciones y medidas unilaterales de Washington.
El gobierno de López Obrador intentó limitar la participación de agencias estadounidenses en investigaciones dentro del país, pero esto podría cambiar radicalmente bajo la administración de Sheinbaum. Si México no coopera, EE.UU. podría endurecer restricciones comerciales, suspender visas a funcionarios o incluso considerar la designación de ciertos cárteles como organizaciones terroristas, lo que justificaría intervenciones más agresivas.
5.-La sociedad civil y la sombra de la violencia
Para la población mexicana, este nuevo escenario trae preocupaciones inmediatas. Una ofensiva tan agresiva contra el crimen organizado podría desatar represalias violentas en diversas regiones del país. La historia reciente nos ha mostrado que cada golpe al narcotráfico viene acompañado de una recomposición de fuerzas dentro de los grupos delictivos, lo que genera un incremento en los homicidios, desapariciones y ataques a civiles.
Al mismo tiempo, hay un sector de la sociedad que espera que, ante la presión estadounidense, el gobierno de México finalmente tome una postura firme contra los cárteles. Sin embargo, la desconfianza es grande: muchos dudan que el Estado mexicano tenga la capacidad real de enfrentar este desafío sin caer en corrupción o errores del pasado.
6.-La visión de Washington sobre el gobierno de México
Desde la Casa Blanca y el Capitolio, la visión sobre el gobierno mexicano no es favorable. En los últimos años, legisladores y agencias estadounidenses acusaron a la pasada administración de López Obrador de haber sido demasiado laxa en el combate al narcotráfico. Ahora, con Sheinbaum en el poder, Estados Unidos exigirá un cambio de rumbo inmediato. Este memorándum es un claro mensaje de que Estados Unidos ha perdido la paciencia y tomará medidas por su cuenta si es necesario.
El hecho de que se suspendan restricciones burocráticas para procesar casos de lavado de dinero, soborno y crimen organizado sugiere que Washington ya no está dispuesto a esperar por la cooperación mexicana. Con esto, la relación bilateral podría volverse aún más tensa, con México enfrentando una presión sin precedentes.
7.-Conclusión: Una tormenta en el horizonte
El memorándum del Procurador General de EE.UU. es una declaración de guerra contra el crimen organizado que, inevitablemente, transformará la relación con México. El gobierno de Sheinbaum tiene pocas opciones: o se pliega a la estrategia estadounidense o se arriesga a quedar aislado ante la creciente presión política y económica de Washington.
Mientras tanto, la población mexicana está atrapada en medio de este enfrentamiento. Si bien es claro que Washington ha decretado el combate en contra del crimen organizado, existe el riesgo que ello desencadene una escalada de violencia. Nos encontramos ante una de las decisiones más trascendentales en la historia reciente de la lucha contra el narcotráfico. Y como siempre, el pueblo mexicano será quien pague el precio más alto.