SENTIDO COMÚN
Gabriel García-Márquez
Mucho se ha hablado del Nearshoring, pero poco se sabe lo que en realidad significa este término, que no es otra cosa que la relocalización de las cadenas productivas desde otros lugares del mundo hacia países con cercanía geográfica, que sirve para ampliar las relaciones económicas con países cercanos entre sí.
En el caso de México el Nearshoring es la gran oportunidad para llevar la economía mexicana al nivel siguiente en cuanto a desarrollo; sin embargo, debido al atraso económico que padece nuestro país, todavía hace falta activar políticas para incentivar el talento especializado, la contratación de personal y establecer una carga fiscal inteligente y adecuada para las empresas.
México debe aprovechar el conflicto comercial que existe entre Estados Unidos y China, actualizando las políticas laborales que sirvan para maximizar los beneficios del nearshoring.
Un estudio realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) en colaboración con la Fundación Friedrich Naymann (FNF), en el que se analizaron quince indicadores socioeconómicos relacionados con el mercado laboral y la disponibilidad de insumos básicos, más infraestructura y marco regulatorio, llegando a la conclusión de que las entidades mejor preparadas para aprovechar las oportunidades que da el nearshoring están en el centro y norte del país. Toda vez que los estados del sur presentan mayores desafíos y no pueden aprovechar esta oportunidad.
Por esta razón a México le urge echar a andar un plan emergente para reubicar las cadenas de suministro, pero la competencia es mundial y no será nada fácil ganarles a los países asiáticos que ya lo están haciendo. Para lograr ser competitivos hace falta fortalecer la educación y la formación en tecnología, fomentando la colaboración entre las instituciones educativas y la industria, promoviendo también la innovación y la investigación, lo cual ha ido en retroceso por una política equivocada del actual gobierno federal.
México podría atraer mayor inversión extranjera, dando facilidades a empresas que aporten la mayor cantidad de valor agregado, siguiendo el ejemplo de los asiáticos, principalmente Japón y Corea del Sur que están a la vanguardia, haciéndole la competencia a China.
De manera que el Nearshoring es una gran oportunidad para México, pero para aprovechar esta oportunidad tendrá que superar los retos que aún están pendientes y sobre todo mejorar el marco regulatorio, que en muchas ocasiones echan a correr a las grandes empresas. Es momento de incentivar las cadenas productivas y de acelerar la instalaciones de los parques industriales que se han quedado rezagados.
El nearshoring no es la panacea, pero sí es una excelente oportunidad para convertir a México en un país competitivo a nivel mundial.