LOS CAPITALES
Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
Muy completo y objetivo el análisis que BBVA México hace del Paquete Económico 2024, que -destaca- fue construido con supuestos macroeconómicos “realistas”. Dicho plan se caracteriza por tres aspectos fundamentales: 1) metas fiscales que mantendrá finanzas públicas sanas al cierre del sexenio; 2) la expectativa de una recaudación tributaria histórica máxima de 14.4% del PIB; y 3) Dicho plan es una política de financiamiento responsable y transparente. Este paquete representa el sexto y último presupuesto de la actual administración, y en general, los supuestos macroeconómicos con lo que se hizo son realistas en lo que se refiere al crecimiento económico, las tasas de interés, la inflación, el tipo de cambio, etc.
Además, subraya la institución crediticia, a pesar de que el paquete propone una meta de -1.2% del PIB para el balance primario del próximo año, resulta preocupante que el déficit público de 4.9% del PIB (estimado por la SHCP) para el siguiente año, sea el máximo desde 1990. Este déficit también resulta sorprendente en un contexto en el que la misma dependencia gubernamental estima que la economía mexicana crecerá por encima de su potencial (2.6% vs. 2.4%). Esto implica una política fiscal procíclica que va en detrimento de la trayectoria de la deuda pública (% del PIB). En contraste, una política fiscal contracíclica promovería una mayor estabilidad en el cociente de deuda pública a PIB y podría dar mayor margen de maniobra en el futuro en caso de una recesión o una caída significativa en los precios del petróleo.
Por otra parte -dice el BBVA México- la SHCP estima que el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) sea 48.8% del PIB al cierre de 2024, nivel que no causará ningún problema para el pago de los vencimientos de deuda soberana o de Pemex. No obstante, cálculos del banco de referencia muestran que sería necesario que los RFSP fueran aproximadamente -3.5% del PIB en 2024 para mantener el saldo histórico de estos requerimientos en 46.5% del PIB.
Este saldo también podría mantenerse con los RFSP en -5.4% del PIB (previsto por la SHCP) si el crecimiento económico fuera 7.8% el próximo año, un escenario que consideramos muy poco probable. Y ante la fragilidad prevista para las finanzas públicas en los próximos años, será necesario que el siguiente gobierno federal diseñe e implemente una reforma fiscal que aumente los ingresos tributarios.
El Presupuesto para 2024 registra una notable alza en programas sociales.
La propuesta de Presupuesto 2024 estima un déficit primario de 1.2% y un déficit amplio de 5.4%, significativamente por arriba de lo esperado, y los mayores en más de 20 años.
El presupuesto podría parecer diseñado para ganar las elecciones y afrontar, al menos parcialmente, las realidades fiscales. En opinión del Citibanamex, la filosofía general es aumentar el gasto en los programas sociales emblemáticos de la administración, consolidar la visión política sobre sectores estratégicos, terminar los proyectos de infraestructura emblemáticos y adaptarse, hasta cierto punto, a algunas realidades fiscales.
Se dejará a la próxima administración más limitada y con una perspectiva fiscal difícil. La SHCP estima que la deuda neta amplia cierre la administración de AMLO 5.2pp del PIB por arriba del cierre del sexenio anterior, y aunque su nivel permanecería relativamente cómodo en 49% del PIB, la tendencia sería una causa de preocupación.
El deterioro de las finanzas públicas complica el trabajo de Banxico y podría llevar a una degradación de la calificación crediticia. La postura expansiva de la política fiscal propuesta para 2024 implica riesgos al alza para nuestra estimación de crecimiento del PIB de 1.4%. Un mayor crecimiento en la actividad económica podría también implicar mayores presiones inflacionarias, y por lo tanto un ciclo de recortes de Banxico más suave que lo estimado.
Sorprende a analistas bancarios la excelente Producción Industrial.
En el mes de julio, la Producción Industrial (PI) sorprendió positivamente. En efecto, la PI aumentó 0.5% mensual (0.8% en junio) impulsada por la electricidad, agua y gas (3.5% mensual), la construcción (2.0%) y las manufacturas (0.3%), ya que la minería cayó 2.6% mensual. Este resultado es superior a nuestro pronóstico de 0.2% mensual. Destaca el crecimiento de las obras de ingeniería civil (5.0% mensual) y de la fabricación de equipo de transporte (2.6%), así como la caída de 14.9% en los servicios relacionados con la minería y de 0.4% en las manufacturas no automotrices. Hacia adelante, seguimos esperando que este último componente siga estancado, siendo la producción de vehículos el propulsor de las manufacturas hasta que se satisfaga la demanda proveniente del exterior, mientras que la ingeniería civil podría continuar hasta el año entrante, en función de la dinámica y costo de las obras insignia de la administración federal (el tren Maya en particular).
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