LOS CAPITALES
Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
Nunca como ahora la divisa mexicana está enfrentando una enorme vulnerabilidad, por lo que no se descarta una inminente devaluación. La jornada registró enormes presiones sobre el peso, que se comportó peor que la mayoría de las divisas principales, reflejando las vulnerabilidades internas y los crecientes temores a una recesión. Es más, el dólar estadounidense continuó su caída tras dos días de ganancias, ya que los operadores siguen considerando los riesgos relacionados con el comercio. A nivel nacional, la inflación general se aceleró hasta el 3,96% en la primera quincena de abril, mientras que la inflación subyacente subió hasta el 3,90%. Estas presiones sobre los precios podrían limitar la flexibilidad de Banxico tras los recientes recortes de tipos, ya que se ciernen riesgos de recesión técnica tras un descenso de la tasa de crecimiento del PIB en el cuarto trimestre. En este sentido, los operadores podrían estar atentos a la publicación del PIB preliminar de la próxima semana.
Quasar Elizundia, Estratega de Investigación de Mercados en Pepperstone, nos dice que el mercado prevé que la carga de la deuda de México aumente hasta el 55% del PIB en 2025, en un contexto de menor crecimiento y mayor déficit fiscal, lo que podría ejercer una presión adicional sobre el peso. De cara al futuro, la atención se centra en el informe de actividad económica del viernes. “Es probable que las señales de desaceleración económica pesen aún más sobre la moneda.”
Por otra parte, tratando de enfrentar los nuevos retos de un mercado incierto, enmarcado en la guerra arancelaria, muchos países de América Latina han comenzado a adoptar la normativa de la banca abierta. Sí, la banca abierta está transformando el panorama financiero en Latinoamérica y El Caribe, ofreciendo importantes oportunidades de innovación e inclusión. Este progreso se debe a la creciente implementación de APIs y al impulso a la digitalización de los servicios financieros.
La región se perfila como líder en la adopción de la banca abierta, con varios países implementando marcos regulatorios que favorecen el uso de APIs abiertas en los servicios financieros. Según el LatAm Fintech Hub, más del 50% de los países latinoamericanos han comenzado a adoptar la normativa de la banca abierta.
Lily Mendia, líder de banca global en Galileo Latinoamérica, afirmó en la mesa redonda Fintech Américas de este año, que el modelo banca abierta permite a las instituciones financieras compartir datos con proveedores externos, fomentando la competencia, reduciendo costos y mejorando los servicios bancarios.
“Reconocemos que la banca abierta en Latinoamérica enfrenta múltiples obstáculos estructurales y regulatorios. Si bien países como Brasil y México han establecido modelos, otros como Colombia, Chile, Argentina y Perú están explorando al respecto con distintos grados de progreso. Persisten los desafíos de estandarización e interoperabilidad”, explicó Mendia.
A pesar del progreso, la banca abierta enfrenta desafíos clave en la región. La falta de una regulación unificada en varios países latinoamericanos sigue siendo un obstáculo para su expansión, lo que genera incertidumbre tanto para los bancos como para los consumidores. “Los principales desafíos para las instituciones financieras incluyen la protección de datos financieros sensibles, la armonización de marcos regulatorios entre países y la educación de los usuarios sobre los beneficios y riesgos de la banca abierta”, comentó Mendia.
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