Fuera de Todo
Denise Diaz Ricárdez
La elección judicial es un tema que tiene un impacto directo en nuestras vidas. Cuando hablamos de jueces y magistrados nos referimos a personas que tienen el poder de tomar decisiones que pueden cambiar el rumbo de situaciones importantes, que van desde litigios familiares hasta derechos fundamentales.
Por eso es crucial que sean los ciudadanos, y no sólo los políticos, quienes tengan la capacidad de elegir a quienes ocuparán esos puestos tan relevantes.
Imaginemos que estamos en una película ¿Quieres que esos personajes sean elegidos por unos pocos, o prefieres tener la oportunidad de decidir quiénes deben ser?
La elección judicial es como elegir a los protagonistas de nuestra historia colectiva. Cuando los ciudadanos tienen voz y voto en esta elección, se asegura que las decisiones que se tomen en los tribunales reflejen nuestras inquietudes y valores.
Una de las razones más importantes para que la ciudadanía elija a sus jueces es la rendición de cuentas. Cuando un juez es nombrado por un político, puede sentirse más inclinado a seguir los intereses de ese político en lugar de lo que es justo.
Sin embargo, cuando los jueces son elegidos por el pueblo, deben ser más responsables y transparentes en sus decisiones. Tienen que ganarse la confianza de la comunidad, lo que significa que deben actuar con imparcialidad y ética.
¿No sería genial que aquellos que tienen el poder de decidir sobre nuestra vida y derechos estén realmente comprometidos con lo que la sociedad necesita?
Además, la diversidad es un aspecto fundamental.
Un sistema judicial que no refleja la pluralidad de la sociedad no puede funcionar de manera justa.
Si un grupo homogéneo de personas toma decisiones para todos es probable que se ignoren las realidades y necesidades de muchas comunidades.
Al permitir que la ciudadanía elija a sus magistrados, se da paso a una representación más amplia. Esto significa que en los juzgados habrá voces que entienden las luchas y las esperanzas de diferentes grupos, lo que puede llevar a decisiones más justas y equitativas.
Es cierto que este proceso de elegir jueces tiene sus desafíos. Para que la elección sea efectiva, necesitamos estar informados. La educación cívica es clave.
Esto no solo implica conocer a los candidatos, sino también entender cómo funciona el sistema judicial y qué implican las decisiones que toman.
A veces parece aburrido, pero tener un conocimiento básico sobre estos temas es lo que nos empodera como ciudadanos. Podemos cuestionar, pedir cuentas y exigir que nuestros derechos sean defendidos. Por eso, es fundamental fomentar un debate público sobre la elección judicial y su importancia.
Las redes sociales, los foros comunitarios y las discusiones en las escuelas son espacios perfectos para hablar sobre este tema.
Cuantas más personas se involucren y se interesen, más fuerte será la voz de la ciudadanía en el futuro del sistema judicial.
La impartición de justicia es un tema que nos atañe a todos. Es una oportunidad para ejercer nuestro poder como ciudadanos. Al empoderarnos para elegir a quienes dictan justicia estamos participando en un proceso democrático y también estamos construyendo un futuro donde la justicia sea verdaderamente representativa y equitativa.
Nuestra voz cuenta. Entonces ¡Hagamos que se escuche!