Yo Campesino / Delira 4T
* En su fiebre demagógica, el gobierno hace cuentas de dinero que no tiene y gasta
Miguel A. Rocha Valencia
La 4T está enfebrecida y afirma que tiene en lista de espera inversiones por 298 mil millones de dólares de la iniciativa privada nacional e internacional que equivaldrían a casi el 120 por ciento de las reservas internacionales de Banxico para realizar cerca de dos mil proyectos en todos los ámbitos.
Mencionan casos específicos como el de Cervecería Modelo con tres mil 600 millones de dólares en tres años y cuándo se sentirá su impacto, pero no apunta cual será la inversión pública en el sexenio, salvo la parte que emblemáticamente dijo que pondrá con el tren de los militares de Pachuca a Tizayuca.
Todo eso en la mañanera y como un desmentido de la president(a) a más de 100 instituciones privadas y el Fondo Monetario Internacional quienes afirman que México está en proceso recesivo y que su no crecimiento oscilará entre el 0.2 y el 0.3 por ciento, aunque esos porcentajes podrían ser negativos.
Lo cierto es que el secretario de Economía sabe que nos da una “verdad” de papel pues si efectivamente están enlistadas ofertas de inversión, muchas de ellas no son nuevas, las hicieron en tiempos en que existía un marco legal distinto y no se atisbaba una sujeción del poder Judicial al Ejecutivo mediante una mascarada. La entonces ganadora de las elecciones les prometió que lo iba a revistar, pero cuando le mandaron mensaje desde La Chingada que no, aceleró el proceso del gran fraude para “elegir” jueces magistrados y ministros.
Desde entonces, los empresarios ofrecidos se volvieron como el “Tío Lolo”, van a los eventos, a las mañaneras, hacen sus ofertas como en tiempos del profeta de la 4T a quien no cumplieron porque a su vez el ganso los dejó bailando en un tobillo con eso de las inversiones públicas, la entrega de concesiones y desde luego el marco legal que manejó a discreción y en los casos que se le atoró algo por culpa de la Suprema Corte de Justicia, armó campaña de desprestigio y mandó a la hoguera a quienes se atrevieron a contradecirlo.
Pero además en esas supuestas inversiones “que no han cancelado” hay avisos y promesas que datan precisamente del sexenio pasado y no se inician por ejemplo en generación de energía o contratación de en telecomunicaciones que ahora, se irán a la basura sin un marco regulatorio confiable.
En otros casos, se integran las reinversiones de utilidades y capital, así como colocaciones a futuro, pero no nos dijo que tan sólo en el mes de febrero salieron del país cerca de 42 mil millones de pesos por la liquidación de bonos del gobierno, de los cuáles, 26 mil millones coincidieron el 11 de febrero, con la imposición de aranceles del 25 por ciento al acero, aluminio y ciertos sectores automotrices.
Y aunque para efectos de la deuda que está por arriba de los 20 billones de pesos es una cosa nimia, la verdad es que son señales de desconfianza no sólo en las inversiones sino en la calidad de la deuda soberna de México que cada día se compromete más debido a su gigantesco déficit que a pesar de los esfuerzos por disminuirlo, estará por arriba del tres por ciento, así como la transferencia disfrazada de dinero fiscal a Pemex para el pago de sus deudas con proveedores.
Además, aunque las inversiones fueran reales que la verdad no lo son por el monto anunciado, no tendrían efecto en el crecimiento de este ni el próximo año, por lo cual el efecto recesivo de nuestra economía no se va a detener, menos cuando se acumularon, según el Inegi, 10 meses de caída en uno de los pilares como es la industria de la construcción con sus secuelas en el empleo formal. Lo mismo sucedió en 2023.
Es decir, aunque ahorita se pudieran en marcha inversiones estas no se aplican en un día o mes o año sino en varios y sus efectos tardan en reflejarse en una economía a veces lustros.
Un ejemplo claro de que no hay inversión y de por qué se lo dieron a los militares, es el trenecito que nadie necesita de Pachuca al AIFA el cual se inició con dinero fiscal, nadie le mete lana privada, ni los chinos. El tema es que no hay recursos, se nota con los retrasos de devoluciones desde Hacienda a los causantes y el que la banca pública asume deudas de Pemex a través de los llamados Copades que son facturas aprobadas por la petrolera a cobrar por ejemplo, en Banobras, es mucho dinero que se suma a la que lo adeudado del Tren Maya.
Tal vez por eso los colocadores de deuda tengan más cautela y las calificadoras, respaldadas en la “buena marcha” de los temas fiscales de México, mantengan la calificación, pero listas para declarar basura muchos papeles especialmente de Pemex que no tiene con qué pagar y se le perdonan obligaciones fiscales con tal de que amortice algunos adeudos a proveedores, pero tampoco le alcanza.
Empero quisiéramos ser tan optimistas como la 4T y creer que vamos a crecer por arriba del 1.5 por ciento y que el Plan México de que se habla en las mañaneras va a sacar al país del hoyo en que fue sumido por deudas, regalos, compras y malas inversiones del dinero público, pero no hay de dónde porque para todo lo que se proponga la administración se requiere dinero, ese recurso sin patria que se mueve como mosca “a donde hay” y no la espantan con reformas totalitarias.
Para colmo, ya volvió a repuntar inflación y se acerca al 4 por ciento y el asunto de la deuda pública impagable, va a estallar muy pronto.