Yo Campesino / ¿Seguridad?
• Es obvio en quién está al frente de la estrategia; militares se resisten
Miguel A. Rocha Valencia
Con cada golpe al crimen organizado disminuyen los muertos en México y Estados Unidos y con ello, “alguien” pierde además de los delincuentes cuyas mermas según los datos de la Secretaría de Seguridad Pública federal, suman varios miles de millones de pesos.
No obstante, el impacto económico de la violencia en el país se refleja en pérdidas que el año pasado sumaron 245 mil millones de dólares, así como un promedio, para ese entonces de 67 asesinatos diarios. Hoy están debajo de 60 por día y siguen bajando en tanto que des Estados Unidos se reporta una caída drástica en el número de difuntos por sobredosis especialmente de fentanilo.
La cifra calculada por el Instituto para la Economía y la Paz, alcanza el equivalente al 18 por ciento del PIB nacional, en tanto que el gasto en seguridad pública y en el sistema de justicia para ese año, 2024, fue de 0.7 del Producto Interno Bruto, menos del 50 por ciento del promedio de lo que gastan los países Iberoamericanos.
En el estudio se apunta que la corrupción considerada también una actividad criminal, así como la ineficiencia administrativa, son factores que impulsan y favorecen la violencia ya que contribuyen a la impunidad y limitan los recursos disponibles de combate al crimen.
Es decir que si los recursos son escasos y se desperdician en acciones paralelas o si en algún punto de la estrategia contrala violencia se entorpece o presentan actos de corrupción que den impunidad a los delincuentes, los avances se vuelven mínimos.
De hecho, ese factor es notorio en México donde las acciones militares se redujeron o desaparecieron y es el mando civil que encabeza el secretario de Seguridad Pública Omar García Harfuch el que realiza las operaciones de destrucción de narcolaboratorios, decomisa drogas incluyendo las que no existían en el país como el fentanilo y pone bajo custodia a cientos de delincuentes.
Con ello no deja en claro en manos de quien está la estrategia de seguridad en la era de la actual presidenta, quien, urgida en dar resultados a los mexicanos y a los policías estadunidenses, ve cómo algunos militares se ponen sus “moños” ya que al concederles la Guardia Nacional con sus más de cien mil efectivos incluyendo los de plazas duplicadas (más del 60 por ciento) pensaron que seguirían administrando al crimen que es una de sus fuentes de ingresos a nivel mando e intermedios. Eso lo saben hasta los de tropa.
De hecho, García Harfuch debe recargarse más en sus homólogos estadunidenses para los trabajos de inteligencia especialmente del FBI, dejando el trabajo financiero al departamento del Tesoro de aquel país tanto para seguirle el rastro a los recursos económicos y las compras que realizan los criminales mexicanos.
Y es que gran parte de las utilidades que recibe la delincuencia totonaca se recibe en especie como armas, drones, equipos tácticos e inteligencia, otra se circula en el sistema financiero de aquel lado del Bravo y otra más en especie donde las rutas están tan copadas por las “autoridades” mexicanos que se atreven a decomisar los envíos como es el caso, eso dicen quienes saben, del cuñado de la gobernadora de Baja California.
Porque el tema con la mandataria, su esposo y cuñado, no es de tráfico de drogas sino uso de dinero de procedencia criminal y por eso en el seguimiento de los recursos financieros, alcanzaron las cuentas en San Diego, California.
Total, que a estas alturas del partido la president(a) y García Harfuch así como Alejandro Gertz Manero ya tienen en sus manos gran parte de lo que celosamente se guardaba especialmente en la unidad de inteligencia de la secretaría de la Defensa donde hay nombres muy interesantes con grados militares de alto nivel como también de muchos funcionarios ya no del neoliberalismo sino del obradorato.
A todos ellos ya les tienen hecha su cuentecita, los archivos están listos para ser utilizados, es la marca de la casa, así actúa la 4T, mediante el chantaje.
De tal suerte que algunos impresentables como Ricardo Monreal están tratando de consolidarse para que a la hora de los trancazos tener con qué defenderse, pero va a estar difícil, todas las que ha hecho y hace, se las van a cobrar lo mismo que a Don Adán Augusto, a uno que otro sonorense, otros de Guerrero, no se diga de Sinaloa o Tabasco.
Más les valdría desde ya, someterse, hacer méritos porque quien no lo haga, le van a cobrar la cuenta, ya sea de manera directa o a través de la colaboración con los odiados gringos con quienes se comparten muchos de esos archivos. Vienen sin duda tiempos interesantes en materia de seguridad y difíciles en lo económico-financiero.