Yo Campesino / Tren ¿Rentable?
- Faltó decir a la president(a) que ferrocarril Maya y anexos sólo beneficia a militares
Miguel A. Rocha Valencia
¿Y si en verdad fuera rentable el tren Maya y sus anexos, quién ganaría? Los únicos beneficiarios de esa “importantísima obra son los militares bajo cuidado, administración y control es absoluto y a quienes este año, se les asignaron 40 mil millones de presupuesto para continuar obras tanto en anexos que incluye hoteles e instalaciones vacacionales como para mantenimiento y pago de nóminas, donde ellos están incluidos además de lo que cobran en Sedena.
Pero contra lo que afirma la president(a), la obra “cumbre” del obradorato no es rentable, ya no sólo por los 40 mil millones que le fueron signados del presupuesto sino simplemente porque desde que fue pomposamente inaugurado, no ha reportado utilidad alguna, lo mismo en el fundamento por el cual se construyó ni en pesos y centavos sino puras pérdidas que en el primer trimestre de este año sumaron mil 185 millones de pesos en total, es decir, el doble de lo que reporta en pérdidas la otra gran obra del ganso, el AIFA donde “apenas” llega a los 400 mil millones de pesos.
En ambos casos, no sólo se trata de pérdidas sino en el subsidio que se les debe transferir para mantenimiento, operación y nóminas, lo cual implica que no son rentables a pesar de que en las mañaneras se quiera presentar el vaso semivacío como casi lleno.
Bueno ahora también se trata de llenar el hueco, pérdidas y fracaso con proyecciones que no se pueden comprobar y que van contra toda lógica y afirman que dentro de cinco o seis años alcanzarán su punto de equilibrio, cosa que resulta inexacta o mentirosa pero sirve para quitarse de momento el estigma de lo inútil y costosas que resultaron las obras, que además, el pueblo sabio, bueno y agradecido, no pueden disfrutar porque no tendrían para ello con el dinero que les regalan a cambio de sus votos.
El más barato de los paquetes de tres días que incluyen recorridos, pernoctas y avión, cuesta 17 mil pesos hasta los 25 mil pesos por persona, o sea que por pareja pueden darse una vuelta por únicamente 35 mil a 50 mil pesillos, es decir lo de seis meses o un año de las pensiones del bienestar, eso no incluye desde luego algún antojo o souvenir.
O sea que esa “magnífica obra” que se tragó cerca de ocho millones de árboles y destruyó sistemas ecológicos de manera irreparable, no es para el moreno de a pie, sino mínimo, un aspiracionista clasemediero o un odiado riquillo con deseos de, con toda calma, irse a descansar.
Tal vez por eso o porque el recorrido se vuelve aburrido y tedioso con retrasos y descomposturas y caro, es que el tren reporta pérdidas anuales que superan los seis mil millones de pesos, por lo cual de aquí a que sea rentable en el 2030, el tren podría sumar cerca de 30 mil millones de pesos en pérdidas, sin contar lo que s ele inyecte para completar el proyecto de los militares, quienes al final, serán los únicos beneficiarios por cobrar en la nómina y de las -aquí si- pírricas utilidades.
Pero en el fondo el discurso pretende ocultarlo que no se puede luego de los diversos testimoniales, crónicas y reportajes de usuarios, periodistas o políticos, y aunque tal vez existen elementos para decir que es muy atractivo y hermoso, el Tren Maya nos costó mucho a los mexicanos, incluyendo miles de vidas porque mientras a él se le dedicaron prioridades en el presupuesto, se evitó la compra temprana de vacunas y el suministro de medicamentos para atender a quienes fallecieron no sólo por covid sino de enfermedades crónico degenerativas.
Tampoco importó la destrucción, como en Dos Bocas, de manglares, selvas, ecosistemas, fauna y flora irreparable ni que se tratara de una obra que al igual que el AIFA, se realizara con los mínimos de planeación, sin proyecto ejecutivo y estudios de impacto ambiental.
Incluso los estudios de factibilidad financiera y las proyecciones técnico-financieras del costo-beneficio y e impacto social, fueron sustituidos por la palabra del profeta de la 4T, se realizaron a contra pelo de toda consideración económica y por simple capricho y demagogia de su creador.
Finalmente, a la pregunta de ¿A quién puede importar que sean rentables o no? La respuesta sería que en primer término a quienes aportamos impuestos para cubrir las pérdidas y mantenimiento de la obra y la nómina y luego a los militares que no sólo construyeron con todos los señalamientos de corrupción en el manejo de contratos, sino porque son y serán ellos los únicos ganones pues dichas obras estarán bajo su férula a perpetuidad por designio de ysq.