La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El no poder controlar a su mano derecha, nos habla del Parkinson político de Calderón ¡salud!
Aunque mucho se especula, no hay claridad respecto de que Felipe Calderón, vaya a ser indiciado como resultado del juicio que se realiza en la Corte del Distrito Este de Nueva York en contra de Genaro García Luna, no obstante, el ex presidente ha sufrido, desde la detención de su hombre fuerte, una derrota política que se hace extensiva a toda su administración.
En efecto, García Luna, el súper policía, fue el símbolo de los recursos que el calderonato utilizó en su combate al crimen organizado, aún por encima de las Fuerzas Armadas.
Ingeniero mecánico, el susodicho se formó en áreas de Inteligencia, principalmente en el CISEN y en la PGR, donde recibió el encargo de reestructurar la Policía Judicial Federal, Posteriormente, con asesoría del FBI, se le encomendó constituir la AFI. En términos concretos, era el rostro del nuevo perfil de la seguridad en México: el policía científico.
Además, ya como titular de la Secretaría de Seguridad Pública, el ahora convicto, tuvo el apoyo incondicional de las agencias de Inteligencia y Seguridad de los Estados Unidos, al grado de que fue condecorado con todos los honores.
Sin embargo, a pesar de todos sus palmareses, la ‘mano derecha’ de Calderón, acabó coludido con el crimen organizado, al menos de eso se le acusa, circunstancia que nos hace preguntarnos: ¿nadie en el sexenio 2006-2012 tuvo noticia de las fechorías del ingeniero?
Sí el hombre más informado del país, en esos momentos el presidente Calderón, no se enteró mal, sí se lo notificaron y no hizo nada peor, en cualquier sentido, es su derrota ante la historia. Haiga sido como haiga sido, el imaginario colectivo ya lo juzgó.