Por Gerardo Rivadeneyra
En esta época de fácil descalificación, más vale tener en claro las realidades de nuestro país en distintos enfoques y el laboral es uno de ellos.
Los más recientes estudios del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que 6 de cada 10 trabajadores en México lo hacen en la informalidad. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 30.3 millones de personas se desempeñaron en el ámbito laboral informal.
El modelo de la subcontratación, tercerización u outsourcing legalizado en la reforma de 2012 a la Ley Federal en la materia, vino a aminorar estas cifras e incluso a mejorar las condiciones en las que se encontraban cientos de puestos de trabajo.
Distintos expertos en derecho laboral coinciden en que las empresas que ofrecen sus servicios y contratan a algún trabajador se acogen a la misma Ley Federal del Trabajo. Por lo tanto, garantizan las prestaciones básicas como antigüedad, seguridad social, aguinaldo, Afore, Infonavit y vacaciones.
Las empresas de outsourcing, por lo general, ofrecen a sus empleados bonos e incentivos de productividad con el fin de aumentar su compromiso con el puesto de trabajo al que fueron asignados, algo que va cada vez más en desuso por varias empresas tradicionales.
Los patrones que contratan bajo estos esquemas no olvidan entre otras estrategias la motivación que se convierte en un factor determinante en los índices de productividad laboral.
Kelly Services, empresa norteamericana fundadora de la industria en Recursos Humanos, destaca que si los jóvenes principiantes en el mercado laboral cuentan con poca experiencia, pero hay talento y ganas de trabajar, esta puede ser una opción para conseguir una primera plaza de trabajo formal que le aporte contenido al historial laboral.
Además, a las compañías de outsourcing les interesa constituir una base de talento humano bien capacitado, pues solo así pueden responder con mayor agilidad a los requerimientos del mercado laboral.
En lo que también coinciden los analistas laborales, es que el modelo outsourcing debe fortalecerse como ocurre en otros países. Gracias a la tecnología, tanto la subcontratación como la deslocalización de servicios han progresado desde niveles técnicos poco especializados hacia servicios profesionales como los centros de atención telefónica a servicios de apoyo, como la contabilidad y la gestión tributaria.
En 2018, la empresa de tercerización GINGroup informó que sus 160 mil empleados cuentan con prestaciones adicionales a las de la ley, como son servicios de asistencia médica gratuita o funeraria. Además, pugnó por implementar una Norma Oficial Mexicana para reglamentar a la industria.
El sector de la subcontratación de personal ha ido creciendo en México, pero no en los porcentajes esperados, básicamente por la competencia desleal de compañías competidoras, según reveló una fuente de ManpowerGroup, empresa global de capital humano.
Adecco, otra de las empresas de outsourcing que tienen operaciones en México, ha pugnado por la regularización de este esquema de contratación desde hace tiempo, pues consideran que ello traería beneficios a estas firmas por el hecho de poner “piso parejo” para todos en el sector.
En México se estima que existen 153 mil 881 trabajadores que laboran bajo el esquema de la subcontratación, cifra que representa apenas 0.9% de la población ocupada, tasa por debajo de países como Chile, con una penetración de 1.1% o del promedio global, de 1.6%, de acuerdo con los datos del reporte económico 2018 de la Confederación Mundial del Empleo.
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, por medio de su Secretaría del trabajo, ha destacado el modelo outsourcing en la contribución en este mercado, reconociendo también que hay algunas empresas que operan bajo este esquema y que han abusado de ciertas operaciones para las cuales se les debe de aplicar la ley correspondiente.